El consumo privado en México registró una ligera mejora en enero de 2025, con un avance mensual de solo 0.1% tras una caída de 0.5% en diciembre, según el Indicador Oportuno del Consumo Privado (IOCP). A pesar de este repunte, los analistas advierten que el consumo se mantiene débil, reflejando un sentimiento general de desaceleración económica que viene desde la segunda mitad de 2024. En términos anuales, el consumo creció 1.9% en enero, una mejora respecto al 0.6% de diciembre, pero aún bajo.
Expertos como Janneth Quiroz y Humberto Calzada explican que el ligero aumento en enero es atribuible a una «inercia de consumo» proveniente de las festividades decembrinas. Sin embargo, este repunte no es suficiente para revertir la tendencia de desaceleración. La incertidumbre económica, el debilitamiento de las remesas y la disminución del impacto positivo del aumento en el salario mínimo son factores que contribuyen a este enfriamiento del consumo.
Los analistas también pronostican que la cautela por parte de los consumidores podría persistir, debido a la incertidumbre interna y externa, como las tensiones comerciales con Estados Unidos. Esto podría tener un efecto negativo sobre el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México, con proyecciones de un crecimiento anual de solo 1.0% para 2025, lo que indica que la economía podría seguir luchando por encontrar dinamismo en el corto plazo. En el mejor de los casos, se espera que el consumo se mantenga estable, pero con pocos signos de crecimiento significativo.
En resumen, aunque el consumo experimentó una ligera mejora en enero, sigue siendo un reflejo de un entorno económico moderado y con altas incertidumbres, tanto internas como externas, que continúan afectando el comportamiento de los consumidores y el desempeño económico del país.
