El Banco de México (Banxico) decidió reducir la tasa de referencia en 50 puntos base, una acción que no se había visto desde agosto de 2020, dejándola en 9.50 por ciento. Destacó que continuará ajustando su postura monetaria, y no descartó una posible nueva reducción similar. En el comunicado, Banxico explicó que la Junta de Gobierno evaluó el avance en la resolución de la inflación originada por choques globales y concluyó que ahora es necesario disminuir la tasa.
Banxico anticipa que la inflación permitirá continuar con el ciclo de recortes de la tasa, aunque manteniendo una postura restrictiva. Este proceso tomará en cuenta tanto la debilidad económica como los efectos de la política monetaria restrictiva en la evolución de la inflación.
Los miembros a favor del recorte fueron la gobernadora Victoria Rodríguez y los subgobernadores Galia Borja, Omar Mejía y Gabriel Cuadra, mientras que Jonathan Heath sugirió una reducción más pequeña de 25 puntos base. Banxico mantiene su previsión de que la inflación converja a la meta en el tercer trimestre de 2026, y destacó que cualquier acción tomada mantendrá la tasa de referencia alineada con la trayectoria necesaria para alcanzar el objetivo de 3.0 por ciento de inflación.
Banxico identificó varios riesgos al alza para la inflación, como la persistencia de la inflación subyacente, una mayor depreciación del peso, posibles disrupciones por conflictos geopolíticos o políticas comerciales, presiones adicionales de costos y fenómenos climáticos adversos. Los riesgos a la baja incluyen una actividad económica más débil de lo esperado, un menor traspaso de presiones de costos y una depreciación cambiaria menos impactante en la inflación. En general, Banxico considera que los riesgos para la trayectoria de la inflación se mantienen sesgados al alza.
Victoria Rodríguez señaló que la situación inflacionaria podría permitir más recortes en la tasa de interés durante el año, y anticipó que en la próxima reunión del 27 de marzo podría contemplarse una reducción de medio punto. No obstante, aclaró que seguirán observando los efectos de los choques globales y los avances en la inflación. Además, reconoció la incertidumbre sobre los posibles impactos de las políticas de la nueva administración estadounidense, que podrían ser negativos para México, con efectos contradictorios sobre la inflación debido a una posible mayor debilidad económica y la depreciación del tipo de cambio.
La decisión de Banxico generó expectativas de un nuevo recorte en marzo, pero también alertó sobre riesgos. Analistas como Alejandro Saldaña, de Ve por Más, advirtieron que aunque la debilidad económica podría ayudar a reducir la inflación, la depreciación cambiaria, las presiones salariales y las tensiones comerciales son factores que amenazan este panorama. Alberto Ramos, de Goldman Sachs, señaló que la postura conservadora de Banxico podría ser riesgosa, considerando los recortes de la Reserva Federal (Fed) y la creciente incertidumbre en las políticas comerciales globales y de EE. UU. Por su parte, JP Morgan y Intercam coincidieron en que la política monetaria de Banxico estará limitada por las decisiones de la Fed y los posibles efectos de los aranceles contra México. Banamex, por su parte, apuntó que los riesgos a la baja para un ajuste adicional en la tasa incluyen un mayor debilitamiento de la actividad económica o un impacto más fuerte de las posibles medidas fiscales y arancelarias.
