Según información revelada por el operador estatal de oleoductos Mero, las importaciones checas de petróleo ruso experimentaron un brusco aumento en el primer semestre de 2023, a pesar de los planes de la República Checa, como miembro de la Unión Europea (UE), de reducir su dependencia del suministro de petróleo ruso.
En los primeros seis meses de 2023, el petróleo ruso representó el 65% de las importaciones totales de petróleo de la República Checa, en comparación con el 56% registrado durante todo el año 2022 y el 49% en 2021. A pesar de las amplias sanciones de la UE contra Rusia, la República Checa experimentó su mayor consumo de petróleo ruso desde 2012, importando crudo a través del oleoducto Druzhba (Amistad), según la portavoz de Mero, Barbora Putzova.
El operador Mero informó que «la proporción de las importaciones de petróleo de Rusia frente a las importaciones de otros países en los primeros seis meses de este año fue, redondeada hacia arriba, del 65,35%». El suministro de petróleo a la República Checa proviene principalmente de dos fuentes: el oleoducto Druzhba, que transporta petróleo desde Rusia, y el oleoducto IKL desde Alemania, que está conectado al oleoducto TAL desde Italia.
A pesar de las sanciones de la UE contra las importaciones marítimas de petróleo ruso en diciembre pasado, las entregas por oleoductos han recibido exenciones temporales del embargo. Praga ha obtenido una exención de las sanciones de la UE debido a que no puede satisfacer sus necesidades de alrededor de 7 millones de toneladas al año a través de la ruta alternativa a través de los oleoductos IKL y TAL.
El oleoducto Druzhba es una de las redes de oleoductos más largas del mundo y transporta crudo a lo largo de unos 4,000 kilómetros desde Rusia hasta refinerías en varios países de Europa Central y del Este, incluida la República Checa.
