Inversionistas muestran optimismo ante la posibilidad de que la presidenta Claudia Sheinbaum consiga revitalizar Petróleos Mexicanos (Pemex), la petrolera estatal más endeudada del mundo, en un desafío donde administraciones previas no tuvieron éxito. A pesar de una deuda financiera de US$97,300 millones, algunos ven en Sheinbaum la clave para transformar la empresa.
Analistas y tenedores de bonos apuestan por la capacidad de la mandataria para implementar reformas fiscales y atraer inversión privada, según fuentes consultadas por Bloomberg Línea. La estrategia incluye un modelo de inversión mixta, aprobado por el Congreso, que busca aumentar la producción petrolera, estancada en 1.7 millones de barriles diarios, y reducir la dependencia de los mercados de deuda.
Sheinbaum ha priorizado la autosuficiencia energética, limitando la producción a 1.8 millones de barriles diarios para abastecer el mercado interno. Sin embargo, persisten dudas sobre la viabilidad de los proyectos, como el megacampo Lakach, y la competencia con países como Brasil y Estados Unidos, que ofrecen marcos legales más atractivos para inversionistas.
A pesar de los retos, el respaldo del gobierno y las nuevas leyes secundarias alimentan la esperanza de que Pemex recupere su estabilidad financiera y operativa en el mediano plazo.
