Frente a la próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), los productores avícolas del país han fijado una postura clara: mantener las condiciones actuales del acuerdo en lo que respecta a productos agrícolas, especialmente aquellos necesarios para alimentar al ganado y las aves. Su objetivo es proteger el abasto nacional y asegurar la autosuficiencia alimentaria.
Desde León, Guanajuato, Lorenzo Martín, nuevo presidente de la Unión Nacional de Avicultores (UNA), expresó que el sector avícola centrará sus esfuerzos en defender el libre comercio, en especial para la importación de insumos como el maíz amarillo, fundamental en la alimentación del ganado avícola. Este grano, importado principalmente desde Estados Unidos, es la base de la dieta de las aves destinadas a la producción de carne y huevo, los dos alimentos de origen animal más consumidos por los mexicanos.
Aunque México exporta poco en términos de pollo y huevo, el énfasis del sector está en garantizar el acceso libre y sin barreras a los productos que necesita para mantener sus niveles de producción. Martín destacó que el verdadero riesgo no está en las ventas al exterior, sino en la posibilidad de que las reglas del tratado se modifiquen de manera desfavorable, afectando la importación de granos.
El dirigente también advirtió sobre la volatilidad en la relación comercial con Estados Unidos, señalando que incluso declaraciones inesperadas o publicaciones en redes sociales del presidente norteamericano pueden generar incertidumbre. Por ello, pidió estar atentos a cada detalle durante las negociaciones del llamado «Cuarto de Junto», el mecanismo de consulta donde representantes del sector privado mexicano participan en las discusiones del T-MEC.
La UNA considera que garantizar un flujo constante de alimento para animales es clave para asegurar el abasto nacional de productos como el pollo y el huevo, esenciales para la dieta diaria de millones de mexicanos. En ese sentido, blindar las condiciones actuales del tratado no sólo es una cuestión económica, sino de seguridad alimentaria.