El viaje del presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, a Estrasburgo, Francia, en un vuelo de primera clase generó un enfrentamiento entre los miembros de Morena y la oposición en el Senado de la República.
La senadora del PRI, Carolina Viggiano, criticó duramente a Fernández Noroña por lo que consideró una contradicción en su discurso contra el clasismo, mientras que optaba por viajar en «business class». Aseguró que esto iba en contra de la supuesta austeridad republicana que defiende el presidente del Senado, y sugirió que sería él quien debería explicar cómo financió ese viaje.
En la misma línea, el coordinador panista, Ricardo Anaya, señaló que este tipo de decisiones contradicen el mensaje de austeridad, pero subrayó que la responsabilidad de esclarecer cómo se cubrieron esos gastos recae directamente sobre Fernández Noroña.
Desde las filas de Morena, las senadoras Verónica Camino y Margarita Valdez defendieron al presidente del Senado, explicando que los recursos públicos no se utilizaron en su viaje y que probablemente utilizó puntos acumulados de vuelos anteriores para mejorar su clase de asiento. Aclararon que, por norma del Senado, los boletos se compran en clase turista y solo se elige la opción más flexible debido a la imprevisibilidad de los horarios de los vuelos.
El senador del PVEM, Jorge Carlos Ramírez Marín, mencionó que Fernández Noroña tendría que dar una respuesta a las acusaciones, pero también hizo hincapié en que muchos de los críticos del viaje viajan en sus propios aviones privados.
Los senadores de la 4T coincidieron en que lo más relevante era que Fernández Noroña representara al Senado con dignidad en la conferencia internacional, independientemente de la clase de vuelo que haya elegido.