La economía estadounidense creció a un robusto ritmo anual del 3% entre abril y junio, impulsada por un sólido gasto del consumidor y una fuerte inversión empresarial, según informó el gobierno este jueves, manteniendo su estimación anterior.
El Departamento de Comercio señaló que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de la nación, que refleja la producción total de bienes y servicios, experimentó un notable aumento en el segundo trimestre, en contraste con la modesta tasa anual del 1.6% registrada en los primeros tres meses del año.
El gasto del consumidor, motor principal de la economía, creció a un ritmo del 2.8% el último trimestre, un poco menos que la tasa del 2.9% previamente estimada por el gobierno. La inversión empresarial también se mantuvo fuerte, con un aumento anual del 8.3%, impulsado por un incremento del 9.8% en la inversión en maquinaria y equipo.
A pesar de los 11 aumentos en las tasas de interés que la Reserva Federal implementó en 2022 y 2023 para enfrentar la inflación más alta en cuatro décadas, la economía ha demostrado una notable resiliencia. Desde su pico del 9.1% a mediados de 2022, la inflación anual, medida por el índice de precios al consumidor, se ha reducido a un 2.5%, ligeramente por encima del objetivo de la Fed.
A pesar de las tasas de interés más altas, la economía continuó expandiéndose y los empleadores siguieron contratando. Sin embargo, el mercado laboral ha mostrado señales de debilidad en los últimos meses. Entre junio y agosto, los empleadores estadounidenses añadieron un promedio de solo 116,000 empleos al mes, el promedio trimestral más bajo desde mediados de 2020, cuando la pandemia de COVID-19 paralizó la economía.
La tasa de desempleo también subió ligeramente, pasando del 3.4% del año pasado, su nivel más bajo en medio siglo, al 4.2%, cifra que sigue siendo relativamente baja.
