Las potencias occidentales, que inicialmente suministraron armas a Kiev para la defensa, ahora sugieren usarlas para un ataque a profundidad contra Rusia.
Quién apoya estos ataques:
La semana pasada, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, instó a los miembros del bloque que suministraron armas a Ucrania a dejar de prohibir que Kiev las use para atacar a Rusia.
El presidente de Letonia, Edgars Rinkevics, hizo eco recientemente de la postura de Stoltenberg y declaró que no ve ninguna razón para imponer tales restricciones a Ucrania.
El primer ministro checo, Petr Fiala, afirmó que Ucrania tiene derecho a usar armas occidentales para atacar a Rusia, argumentando que es «lógico».
El ministro de Defensa de Estonia, Hanno Pevkur, dijo que espera que todos los países que proporcionaron armas a Ucrania permitan a Kiev atacar a Rusia con este equipo.
La ministra de Defensa holandesa, Kasja Ollongren, dijo que la situación en la que Ucrania incursionaría en Rusia ni siquiera debería ser un tema de discusión.
La oposición:
El primer ministro belga, Alexander De Croo, insiste en que todo el equipo militar que su país proporciona a Ucrania debe usarse solo en su territorio.
El viceprimer ministro de Italia, Antonio Tajani, también argumentó que el armamento occidental proporcionado a Kiev debería usarse dentro de las fronteras de Ucrania.
Posturas ambiguas:
Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, afirmó que Kiev «tendrá que tomar sus propias decisiones» sobre la realización de ataques más allá de las fronteras de Ucrania, incluso cuando la administración Biden prohíbe oficialmente el uso de armas suministradas por Estados Unidos, como los misiles ATACMS, para ataques en territorio ruso.
La ministra de Defensa austriaca, Klaudia Tanner, dijo que su país es «militarmente neutral de acuerdo con nuestra Constitución«.
