La severa sequía que azota a la región fronteriza entre México y Estados Unidos ha disminuido drásticamente las asignaciones de agua entre ambos países, lo que para algunos expertos abre la puerta a una eventual revisión del tratado bilateral de 1944. Sin embargo, autoridades mexicanas, encabezadas por la presidenta Claudia Sheinbaum, han dejado claro que no contemplan renegociar el acuerdo, al considerarlo equilibrado.
Jorge Fuentes, director de Proyectos del Consejo Consultivo del Agua, advirtió que la situación actual es crítica. México ha entregado apenas 600 millones de metros cúbicos de los aproximadamente 2,300 millones que debería suministrar a Estados Unidos durante el quinquenio que concluye este año.
«Vamos muy atrasados con la dotación que tenemos que entregar», reconoció.
La escasez en las presas del norte del país, consecuencia directa de la prolongada sequía, ha complicado el cumplimiento de las obligaciones del tratado. Aun así, Fuentes recordó que históricamente México ha sido beneficiado, recibiendo más agua del Río Colorado que la que entrega por el Río Bravo.
«Las dos coordinadoras de la CILA lo han dicho desde hace años: ha disminuido la entrega por ambos lados debido a la sequía, pero México sigue siendo el país más beneficiado en términos netos», explicó.
Entre las soluciones planteadas, Fuentes sugirió priorizar el tratamiento y la reutilización de aguas residuales en los estados fronterizos, aunque reconoció que se trata de una medida de mediano plazo. «Ya tendría que estar planteado como una política inmediata, aunque no lo va a resolver de un año para otro», apuntó.
Por su parte, Jair Aguilar Badillo, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, calificó como una estrategia política las amenazas de Estados Unidos respecto al suministro de agua. Señaló que estas presiones responden, en buena medida, a intereses republicanos encabezados por el gobernador de Texas, Greg Abbott, y el senador Ted Cruz.
«El problema no es que México esté reteniendo el agua, sino que no la tiene. Y esto afecta principalmente a los agricultores estadounidenses. A cambio, amenazan con cerrar el paso del agua a Tijuana. Así se ha equilibrado este juego político en los últimos cuatro años», explicó.
El tratado de 1944 establece que México recibe un promedio anual garantizado de 1,850 millones de metros cúbicos del Río Colorado, mientras que Estados Unidos recibe alrededor de 431.7 millones del Río Bravo. No obstante, las cifras recientes muestran asignaciones inferiores a estos promedios, tanto para México como para Estados Unidos.
En caso de sequía, el acuerdo obliga a México a reponer los faltantes en el siguiente quinquenio —2025 a 2030— pero no contempla reciprocidad en caso de que Estados Unidos incumpla con sus entregas.
Compromiso ratificado
Pese a las tensiones, la presidenta Claudia Sheinbaum reiteró que el tratado es justo y descartó una renegociación. «Entrega más Estados Unidos de lo que nosotros entregamos, porque así es la cantidad de agua que hay en cada lugar, no es más que eso, técnicamente establecido», explicó.
De igual forma, el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué, sostuvo una llamada con autoridades estadounidenses en la que reafirmó el compromiso de México para cumplir con la entrega de agua, a pesar de las condiciones adversas.
A través de redes sociales, Berdegué informó que el diálogo con la secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, y el subsecretario de Estado, Chris Landau, permitió fortalecer la coordinación técnica bilateral. «Ratificamos el tratado de 1944 y el compromiso de México de cumplirlo, bajo las consideraciones de sequía que hemos tenido en estos últimos años», detalló.
Desde Estados Unidos, Rollins celebró la postura de Sheinbaum, pero advirtió que los agricultores estadounidenses esperan soluciones concretas: «Lo que queremos, y lo que los agricultores estadounidenses merecen, es una solución», puntualizó.
Estas declaraciones se produjeron después de que el expresidente Donald Trump acusara a México de «robar» agua a Texas y amenazara con imponer aranceles si no se cumplen las entregas estipuladas en el tratado.