Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, la posibilidad de deportaciones masivas genera temor entre los millones de mexicanos que viven sin documentos en Estados Unidos, especialmente en estados como California, donde residen 1.7 millones en condición irregular. En ciudades como San Diego, hogar de 118,000 de ellos, las historias de miedo y resiliencia se multiplican.
Víctor Martínez: Una vida de esfuerzo y preocupación
Víctor Martínez, quien dejó la Ciudad de México hace 23 años, vive ahora en San Diego. Divide su tiempo entre la carpintería y la limpieza de oficinas, luchando por mantener a sus dos hijas pequeñas desde lejos tras separarse de su pareja. La amenaza de deportación lo llena de ansiedad:
«Mi mayor temor es que mis niñas queden desprotegidas. Trabajo para darles un futuro mejor, pero las palabras de Trump me quitan la paz.»
El temor de perder un hogar
Daniel, un empresario mexicano-estadounidense de la construcción, también enfrenta el impacto emocional de estas políticas. Aunque él tiene ciudadanía, su esposa no. «Después de tantos años trabajando y generando empleo, no sería justo que nos quiten nuestra vida juntos. Mi hogar no sería el mismo sin ella.»
San Diego: Una ciudad sin refugio
San Diego, una ciudad fronteriza con Tijuana, alberga a una gran cantidad de mexicanos en condición irregular, pero carece de la designación de Ciudad Santuario que podría ofrecerles mayor protección. Esmeralda Flores, de la Coalición Pro Derechos Humanos del Inmigrante en Los Ángeles, lamenta la falta de apoyo institucional:
«San Diego ha dejado a muchos paisanos vulnerables. Es una deuda pendiente, especialmente en una ciudad con tanta contribución de los latinos.»
Resiliencia ante la incertidumbre
A pesar del temor, algunos migrantes como Edgar Juárez, vendedor de fruta en Chulavista, enfrentan el futuro con optimismo:
«Nosotros estamos trabajando, no hacemos cosas malas. Vamos a seguir vendiendo mientras podamos, porque lo que hacemos aquí es echarle ganas.»
La realidad de las deportaciones
Trump planea endurecer las políticas migratorias, lo que podría afectar directamente a los más de cuatro millones de mexicanos sin documentos en Estados Unidos. Mientras tanto, organizaciones pro derechos humanos y los propios migrantes se preparan para enfrentar juntos esta nueva etapa de adversidad.
Las historias de Víctor, Daniel y Edgar reflejan la mezcla de miedo, valentía y esperanza con la que los mexicanos en Estados Unidos enfrentan la incertidumbre. Para ellos, el «sueño americano» no es un lujo, sino la oportunidad de mantener unidos a sus seres queridos y construir un futuro mejor