México inició la entrega de agua a Estados Unidos para cubrir parte del adeudo hídrico correspondiente al periodo 2020-2025, mediante el desfogue de presas ubicadas en Nuevo León y Tamaulipas, que en conjunto aportarían más de 300 hectómetros cúbicos (hm³).
Durante la madrugada del lunes se ordenó la apertura de una compuerta de la presa El Cuchillo, localizada en el municipio de China, Nuevo León. La medida fue informada por autoridades locales, quienes alertaron a la población de China y General Bravo para que se mantuvieran alejados del Río San Juan ante el incremento del caudal.
De acuerdo con estimaciones oficiales, de la presa El Cuchillo se liberarían cerca de 268 hm³, lo que reduciría su nivel de almacenamiento de 81% a aproximadamente 65%. La presa ha registrado una disminución importante en su nivel durante este año, ya que en diciembre del año pasado se encontraba por encima del 100% de su capacidad.
A este desfogue se sumó la presa Marte R. Gómez, ubicada en Camargo, Tamaulipas, desde donde se liberaron alrededor de 42 hm³. Con ello, el volumen total entregado al caudal del Río San Juan —principal afluente del Río Bravo— alcanzaría aproximadamente 310 hm³.
Esta entrega busca cumplir con parte del compromiso binacional en materia de aguas y evitar posibles sanciones comerciales, luego de que Estados Unidos advirtiera la imposición de un arancel de 5% a productos mexicanos si no se liberaban al menos 240 hm³ antes de que concluyera el año. En total, México mantiene un adeudo cercano a 900 hm³ del ciclo vigente.
El gobierno federal informó que el plan para cubrir la totalidad del faltante se concluirá a finales de enero próximo.
Acuerdo con estados
La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó el inicio de la entrega de agua y aseguró que el proceso se realizó en coordinación con los gobernadores de las entidades involucradas, con el objetivo de minimizar las afectaciones al sector agrícola.
Señaló que se diseñó un esquema de compensación mediante el uso de aguas de otras cuencas para reducir el impacto en productores de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y Chihuahua, y destacó que hubo consenso entre las autoridades estatales.
La mandataria reconoció que Tamaulipas sería la entidad con mayor afectación por el uso del caudal del Río Bravo, aunque insistió en que el impacto será limitado y controlado.
