Turquía acusó formalmente a Israel de intentar desestabilizar Oriente Medio y el mundo mediante acciones que generan caos en la región.
El presidente Recep Tayyip Erdogan y altos funcionarios denunciaron que Israel, bajo Benjamin Netanyahu, busca «arrastrar a toda la región a la inestabilidad» con ataques en Siria, Líbano y Yemen, además de intervenciones que debilitan la unidad siria tras la caída de Bashar al-Assad en diciembre de 2024.
Ankara considera estas operaciones un «sabotaje» contra la reconstrucción y paz en Siria, donde Turquía mantiene presencia militar y respalda al nuevo Gobierno interino.
Las tensiones reflejan la rivalidad por influencia en Siria y se suman al deterioro de relaciones por el apoyo turco a Palestina y sanciones comerciales mutuas. Expertos advierten sobre el riesgo de mayor confrontación indirecta en la zona.





