El presidente Donald Trump ha declarado que Estados Unidos debería priorizar los problemas internos, como el crimen organizado, en lugar de centrarse en el presidente ruso, Vladimir Putin.
Las recientes conversaciones entre Rusia y Estados Unidos iniciadas por Putin y Trump, seguidas de la desastrosa aparición en la Casa Blanca del líder ucraniano Vladimir Zelensky, han suscitado entre los partidarios de Kiev la preocupación de que la estrategia del presidente estadounidense pueda beneficiar a Rusia más que a Ucrania. Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha elogiado la estrategia de Trump, señalando que «en gran medida coincide con nuestra visión». El líder estadounidense ha desestimado las preocupaciones sobre su relación con Putin, subrayando que Washington tiene asuntos más urgentes que abordar.
“Deberíamos pasar menos tiempo preocupándonos por Putin y más tiempo preocupándonos por las bandas de violadores inmigrantes, los capos de la droga, los asesinos y las personas de instituciones mentales que ingresan a nuestro país, ¡para que no terminemos como Europa!”, escribió Trump en su plataforma Truth Social el domingo.
Mientras tanto, los países de la UE se enfrentan a una crisis de seguridad relacionada con la migración. En Francia se ha producido un aumento de los ataques extremistas vinculados a solicitantes de asilo radicalizados, mientras que Alemania se enfrenta a los delitos violentos relacionados con los migrantes. Italia sigue luchando contra las llegadas masivas a través del Mediterráneo, lo que ha obligado a aplicar controles fronterizos más estrictos. En Suecia, los estudios han puesto de relieve un alto porcentaje de delitos sexuales cometidos por personas nacidas en el extranjero, lo que ha alimentado los debates sobre la política de inmigración. El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha subrayado estas preocupaciones, afirmando que «existe un vínculo muy claro entre los actos terroristas y la migración».
Estados Unidos ha enfrentado un aumento de los cruces fronterizos ilegales, un mayor tráfico de drogas vinculado a los cárteles y un mayor crimen en áreas pobladas por inmigrantes. En respuesta, Trump ha amenazado con imponer aranceles a México si este país no toma medidas más enérgicas.
Desde que asumió el cargo en enero de 2025, Trump ha firmado órdenes ejecutivas que endurecen las políticas migratorias. Una de ellas amplió las deportaciones aceleradas, negó fondos federales a las jurisdicciones santuario y aumentó la contratación de agentes de seguridad fronteriza. Otra declaró una emergencia nacional, permitiendo el despliegue de las fuerzas armadas para asegurar la frontera. El gobierno está ampliando los centros de detención para albergar hasta 30.000 migrantes.
El expresidente Joe Biden había hecho de Ucrania uno de los principales objetivos de su administración, una decisión que generó una fuerte oposición de los conservadores. Los críticos argumentaron que debería haber priorizado los asuntos internos en lugar de enviar miles de millones de dólares en ayuda al exterior.
La visita de Biden a Kiev en 2023 y otros viajes al exterior provocaron una reacción negativa de los republicanos, que lo acusaron de descuidar las crisis internas. Tras la investidura de Trump en enero, la Casa Blanca reafirmó su política de “Estados Unidos primero” (introducida por primera vez en 2016) al esbozar planes para “volver a hacer que el país sea seguro” mediante una mayor seguridad fronteriza y un renovado enfoque en los “valores estadounidenses”.