El primer ministro británico, Keir Starmer, ha revelado planes para reducir la inmigración a medida que el sentimiento en el país se vuelve contra la afluencia de extranjeros.
Las nuevas medidas, detalladas en un libro blanco del gobierno publicado el lunes, incluyen extender el requisito de residencia para la ciudadanía de cinco a diez años, elevar los estándares de dominio del idioma inglés, elevar el umbral de trabajadores calificados y poner fin al reclutamiento en el extranjero para funciones de asistencia social.
«Mi gobierno recuperará el control de nuestras fronteras», escribió Starmer en X.
La cuestión está considerada como una de las principales preocupaciones del público británico, junto con el estado del sistema nacional de salud (NHS), según una encuesta de Ipsos a principios de este año.
La inmigración ha aumentado desde 2004, cuando el Reino Unido, entonces parte de la UE, abrió su mercado laboral a las llegadas de miembros de Europa del Este del bloque, como Polonia.
En 2016, la frustración generalizada por la incapacidad del gobierno para controlar el flujo de inmigrantes procedentes de la UE jugó un papel importante en la votación de Gran Bretaña a favor de abandonar el bloque.
Sin embargo, el Brexit no logró resolver el problema, ya que la migración neta casi se cuadriplicó entre 2019 y 2023.
Los críticos han señalado que Starmer, anteriormente un firme defensor anti-Brexit, ahora ha adoptado el lenguaje de la campaña pro-Brexit.
Argumentan que el nuevo enfoque duro del Partido Laborista sobre inmigración es un intento de desbordar al partido Reform UK. La copresidenta del Partido Verde, Carla Denyer, ha acusado a Starmer de suplantar al líder reformista Nigel Farage, añadiendo que esto «no lo salvará de la aniquilación a manos» del partido de derecha.
La reforma ha cobrado mayor influencia en los últimos años, capitalizando el sentimiento antiinmigratorio y la frustración por el estancamiento económico. También se ha posicionado como un rival del sistema bipartidista tradicional.
En las elecciones generales de 2024, Reform obtuvo cinco escaños parlamentarios y el 14,3% del voto nacional. En las elecciones locales de principios de mes, obtuvo 677 escaños de un total de 1.641, controló diez concejos y se alzó con dos alcaldías.