En un discurso dirigido a la nación, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, expresó su agradecimiento a los ciudadanos rusos por su resistencia, unidad y patriotismo en respuesta al reciente intento de rebelión llevado a cabo por el grupo Wagner. Putin aseguró que cualquier intento de chantaje y desestabilización está destinado al fracaso.
El mandatario destacó la alta consolidación de la sociedad, el poder ejecutivo y judicial en todos los niveles desde el inicio de los acontecimientos. Señaló que se tomaron de inmediato todas las decisiones necesarias para neutralizar la amenaza y defender el orden constitucional, la vida y la seguridad de los ciudadanos rusos.
«La insurgencia armada habría sido reprimida. Los organizadores de la rebelión, a pesar de haber perdido la adecuación, no pudieron no entenderlo», declaró Putin, resaltando que estos actos tuvieron lugar en un momento en que el país enfrenta una «amenaza exterior colosal» y una «presión sin precedentes desde fuera».
Putin mencionó que los enemigos de Rusia, como «los neonazis de Kiev, sus patrocinadores occidentales y todo tipo de traidores nacionales», buscaban un escenario de «fratricidio» en el país y deseaban una revancha por sus fracasos. El presidente agradeció a los militares, fuerzas del orden y servicios especiales, así como a los soldados y comandantes del grupo Wagner que decidieron no participar en «un derramamiento de sangre fratricida».
El líder ruso subrayó que desde el inicio de los acontecimientos, las autoridades tomaron medidas siguiendo sus instrucciones directas para evitar un gran derramamiento de sangre y brindar la oportunidad de comprender a aquellos que se habían equivocado que sus acciones eran rechazadas firmemente por la sociedad y las devastadoras consecuencias que podrían tener para Rusia y el Estado.
Putin también expresó su agradecimiento a su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko, por sus esfuerzos y contribución en la solución pacífica de la situación.
El conflicto entre el Ministerio de Defensa de Rusia y el grupo Wagner, liderado por Prigozhin, se intensificó el pasado viernes. El grupo Wagner afirmó haber ocupado el edificio del Estado Mayor del Distrito Militar del Sur en la ciudad de Rostov del Don y anunció que se dirigía hacia Moscú. Por su parte, Putin calificó los actos de Prigozhin como una «sublevación militar» y aseguró que se tomarían acciones contundentes para proteger a la patria de esa amenaza. Sin embargo, el sábado, Prigozhin aceptó detener el movimiento de sus fuerzas en territorio ruso y acordó tomar medidas para rebajar las tensiones después de mantener conversaciones con el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko.