Los países que promueven la «fórmula de paz» del presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, deberían ser conscientes de que está en juego el destino del pueblo ruso, que el régimen de Kiev «abiertamente promete eliminar«. (Serguéi Lavrov, El ministro ruso de Asuntos Exteriores)
La iniciativa de Zelenski consiste en que «Rusia capitule por completo, acepte comprometer su seguridad y abandone a su suerte a millones de rusos cuyos antepasados han vivido en estas tierras durante siglos». Occidente, por su parte, «se ha levantado en defensa de los nazis de Kiev» e intenta «atraer al mayor número posible de países para que al menos haya una apariencia de debate» en torno a la propuesta del líder ucraniano.
(Serguéi Lavrov, El ministro ruso de Asuntos Exteriores)
Sin embargo, señaló Lavrov, «nadie en Washington, Londres, París o Bruselas ha dicho una palabra sobre su actitud ante la posición repetida y en voz alta del régimen de Kiev: ‘Tomemos Crimea, Donbass y las demás tierras nuestras’ y ‘destruyamos todo lo ruso allí‘».
«La necesidad de poner fin a estas amenazas neonazis es evidente. Sin embargo, el creciente número de iniciativas sobre Ucrania guardan silencio sobre este tema. Y la pérdida de derechos de los rusoparlantes continúa a toda velocidad».
«Todos los que están siendo preparados por Occidente para impulsar la ‘fórmula Zelenski’ deben ser conscientes de que está en juego el destino de estas personas, a las que el régimen de Kiev abiertamente promete eliminar«.
«¿Por qué los ‘empresarios’ occidentales no le piden [a Zelenski] que presente públicamente a la comunidad mundial otra ‘fórmula’ sobre cómo ve Kiev actualmente la situación de los rusos y otras minorías nacionales en su país tras la ‘victoria’, para la que la OTAN y la UE no escatiman dinero ni armamento?», se preguntó el jefe de la diplomacia rusa.
El ministro expresó su confianza en que la nueva «fórmula» ayude a los países del Sur global a «comprender mejor lo que ocurre a la hora de construir sus posiciones».
El pasado noviembre, Zelenski enumeró en una cumbre del G20 los diez puntos de la «fórmula de paz» de Ucrania, incluida la exigencia de que Moscú retire todas sus tropas y restablezca la plena integridad territorial de Ucrania. La idea fue rechazada por Moscú y calificada de «inaceptable», por ignorar por completo la realidad existente sobre el terreno.
