Israel rechazó enfáticamente la condena de 14 países occidentales por la aprobación de 19 nuevos asentamientos en Cisjordania ocupada, anunciada por su Gabinete de Seguridad. La medida incluye la legalización de puestos avanzados y la creación de colonias en zonas evacuadas en 2005.
Los países firmantes —entre ellos España, Francia, Alemania, Reino Unido y Canadá— afirmaron en un comunicado conjunto que estos asentamientos violan el derecho internacional, la Resolución 2334 de la ONU y perjudican la solución de dos Estados.
El ministro de Exteriores israelí, Gideon Sa’ar, calificó las críticas de “discriminatorias contra los judíos” y defendió el derecho de los israelíes a vivir en la “tierra de Israel”, argumentando razones de seguridad.
La decisión intensifica las tensiones en el conflicto israelí-palestino, donde los asentamientos —considerados ilegales por la mayoría de la comunidad internacional— han alcanzado niveles récord en los últimos años.





