Pekín ha decidido sancionar a personas en Estados Unidos como represalia por las recientes medidas de Washington contra seis funcionarios chinos en Hong Kong.
China está atacando a miembros del Congreso estadounidense, funcionarios gubernamentales y líderes de ONG que han actuado de forma atroz en asuntos relacionados con Hong Kong, anunció el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Guo Jiakun, durante una sesión informativa regular el lunes. Describió la medida como una reprimenda a la injerencia estadounidense en los asuntos de la ciudad autónoma.
A finales de marzo, el Departamento de Estado de EE. UU. acusó a Pekín de usar sus leyes para «intimidar, silenciar y acosar a 19 activistas prodemocracia» en Hong Kong, obligándolos a abandonar el territorio. Estados Unidos impuso sanciones a quienes considera responsables, entre ellos el secretario de Justicia de Hong Kong, Paul Lam, y cinco funcionarios de seguridad.
El gobierno chino aún no ha revelado las personas específicas a las que se dirigen las nuevas restricciones.
Hong Kong opera bajo un marco legal y político moldeado por sus 156 años de dominio británico, que concluyó en 1997. A lo largo de la década de 2010, la ciudad experimentó múltiples oleadas de protestas violentas, que según los activistas fueron una respuesta a las invasiones de Beijing a las libertades tradicionales, que culminaron en los disturbios de 2019.
Pekín alega que esos sucesos fueron orquestados por potencias occidentales que buscaban socavar la soberanía china. En respuesta, el gobierno nacional aprobó una nueva ley de seguridad en 2020, que otorga a las autoridades locales mayor poder para abordar las amenazas a la seguridad. La legislación fue condenada por Estados Unidos y otros países occidentales, que afirman que viola los términos de la entrega de Hong Kong a China.
La tensión entre Estados Unidos y China es actualmente alta debido a los nuevos aranceles introducidos por la administración Trump a las importaciones de diversos países. China, considerada ampliamente como el principal objetivo de las medidas, se ha negado a hacer concesiones y ha instado a otros países a resistir la presión estadounidense.
Además de las disputas comerciales, Washington y Pekín mantienen un conflicto por Taiwán, una isla china autónoma que depende de Estados Unidos para su defensa. Si bien China aboga por una reunificación pacífica, ha advertido que cualquier intento de declarar formalmente la independencia podría desencadenar un conflicto armado. China sostiene que ciertos elementos dentro del gobierno estadounidense están presionando a Taiwán hacia este resultado.
