China expresó su firme oposición a cualquier intervención de Estados Unidos en el conflicto entre Israel e Irán, advirtiendo que una acción militar extranjera podría desestabilizar aún más a Medio Oriente. Durante una rueda de prensa, el portavoz del Ministerio de Exteriores, Lin Jian, llamó a todas las partes a mantener la calma y evitar una escalada que agrave la situación regional.
Lin criticó lo que calificó como “injerencia externa” en los asuntos de la zona, en referencia a las recientes declaraciones del presidente Donald Trump sobre posibles medidas contra Irán. “La solución debe ser política, no militar”, enfatizó, instando a respetar la soberanía de los países involucrados. China, que mantiene lazos comerciales con ambos países, ofreció mediar para facilitar un diálogo que reduzca las tensiones.
El portavoz también destacó la importancia de proteger la infraestructura energética global, ante el impacto de los enfrentamientos en los mercados petroleros. Pekín, que depende de las importaciones de crudo, busca evitar disrupciones en el suministro. Analistas ven en la postura china un intento de contrarrestar la influencia estadounidense en la región, mientras promueve su rol como actor diplomático en un conflicto que amenaza la estabilidad mundial.