La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, criticó fuertemente la decisión del Departamento de Comercio de Estados Unidos de imponer un arancel del 20.9% al jitomate mexicano, sin haber notificado previamente al Gobierno mexicano. Sheinbaum señaló que ni la Secretaría de Relaciones Exteriores, ni la de Economía, ni la de Agricultura fueron informadas de esta medida, lo cual consideró una falta de respeto diplomática, ya que solo se notificó a abogados de productores estadounidenses.
Este nuevo arancel entrará en vigor el 14 de julio y, según el gobierno de Estados Unidos, tiene como objetivo “garantizar una competencia justa” frente a los agricultores mexicanos, a quienes acusan de dumping (vender por debajo del costo con ayuda de subsidios).
En respuesta, Sheinbaum defendió la fortaleza del jitomate mexicano en el mercado estadounidense, asegurando que no hay forma de reemplazarlo, ya que representa alrededor del 50% del consumo en ese país. Además, destacó que por su naturaleza perecedera, el jitomate debe transportarse rápidamente, lo que hace inviable importarlo desde otros países.
Pese a la medida, Sheinbaum confía en que México logrará negociar un nuevo acuerdo con la administración estadounidense (ahora bajo Trump nuevamente), como ya ha ocurrido en el pasado. Incluso en el peor escenario, señaló que el jitomate mexicano seguirá exportándose, aunque con un precio más alto para los consumidores estadounidenses, lo que podría afectarlos directamente.
El jitomate es el tercer producto agrícola de exportación más importante de México, después de la cerveza y el aguacate, por lo que el impacto económico de esta decisión es relevante para el país.
