El sector manufacturero mexicano regresó a terreno de contracción en noviembre, con el Índice de Gerentes de Compra (IPM) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) descendiendo a 48.3 puntos, una caída de 4.0 puntos respecto a los 52.3 puntos de octubre. Esta reversión se produce tras un avance de 3.3 puntos el mes previo y representa un retroceso anual de 2.7 puntos, confirmando un enfriamiento en la actividad industrial que no se observaba con tal intensidad desde diciembre de 2023. Los datos no ajustados estacionales muestran un IPM de 47.1 puntos, el más bajo en casi dos años.
El principal lastre fue la caída en los inventarios de insumos, que se contrajeron 8.8 puntos mensuales y 7.5 puntos anuales, seguida por expectativas de producción en -7.4 puntos mensuales y -4.3 anuales. Las proyecciones de pedidos nuevos bajaron 2.9 puntos intermensuales y 2.5 anuales, mientras que el empleo esperado solo cedió 0.8 puntos en ambos periodos.
Únicamente el tiempo de entrega de insumos de proveedores avanzó, con +0.3 puntos mensuales y +0.9 anuales, reflejando una ligera mejora en la cadena de suministro.Cuatro de los sectores manufactureros reportaron descensos anuales, con impactos notables en la acumulación de pedidos y la dinámica laboral, lo que apunta a una desaceleración en la producción industrial.
Analistas del Inegi atribuyen esta tendencia a la volatilidad en los mercados globales y la moderación del consumo interno, que erosionan la confianza de los gerentes. La contracción en inventarios sugiere una gestión más conservadora de recursos, priorizando la eficiencia ante incertidumbres económicas.Este panorama genera preocupación por el cierre de año, ya que un IPM por debajo de 50 puntos indica contracción generalizada. Expertos advierten que, sin estímulos fiscales o recuperación en exportaciones, el sector podría arrastrar al PIB industrial en el primer trimestre de 2026.
El Inegi insta a monitorear indicadores complementarios para ajustar estrategias de política económica.




