El país se convertirá en el único en albergar por tercera vez el máximo torneo del fútbol mundial. La FIFA estima un impacto turístico sin precedentes, con la oportunidad de cambiar la percepción internacional sobre México.
Resumen y análisis periodístico:
México será uno de los tres países anfitriones de la Copa del Mundo de 2026, junto a Estados Unidos y Canadá, y ya se anticipa un fuerte impacto turístico. De acuerdo con Jurgen Mainka, Oficial en Jefe del Torneo para México por parte de la FIFA, se prevé que el país reciba más de 5.5 millones de turistas adicionales durante el mes que durará el evento, lo cual representa una cifra inédita para los meses de junio y julio.
Durante una conferencia, Mainka destacó que este evento deportivo representa una “oportunidad única” para mostrarle al mundo la cara positiva de México, en contraste con la imagen negativa que muchas veces predomina en medios internacionales debido a la violencia relacionada con el crimen organizado.
“Me olvidaba del otro 95% del país, su riqueza cultural. El Mundial es una oportunidad única de demostrarle al mundo ese gran valor del país”
Con este torneo, México hará historia al convertirse en el único país en recibir la Copa del Mundo en tres ocasiones (1970, 1986 y 2026), un logro que lo posiciona como un referente global del fútbol y también como un destino atractivo para el turismo internacional.
Retos organizativos y culturales:
Uno de los principales desafíos que enfrenta la organización, según el directivo de la FIFA, es la homologación de protocolos y experiencias en las 16 sedes del torneo, incluyendo las tres mexicanas: Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.
La FIFA busca garantizar que en todas las ciudades sede se viva la misma emoción, entusiasmo y nivel organizativo. “Debemos hacer que en todas las ciudades se sienta el mismo sentimiento por el Mundial”, explicó Mainka.
A poco más de un año del evento, el enfoque de la organización está en mantener la expectativa alta y trabajar de manera coordinada entre los tres países anfitriones para asegurar un evento de talla mundial, tanto en lo deportivo como en lo logístico y social.
Oportunidad para cambiar narrativas:
Más allá del impacto económico y deportivo, el Mundial 2026 es visto como una plataforma de proyección internacional para México. Ante los desafíos actuales —como la percepción global de inseguridad—, el torneo representa una vitrina para destacar la diversidad cultural, hospitalidad y capacidad organizativa del país.
Además del aumento del turismo, se espera un efecto multiplicador en sectores como la hotelería, transporte, gastronomía y comercio, lo que podría traducirse en beneficios económicos sostenidos si se capitaliza correctamente la visibilidad global que traerá el torneo.
México se prepara para una de las citas deportivas más importantes de su historia moderna. El Mundial 2026 no solo consolidará su lugar como potencia futbolera, sino que ofrece una oportunidad clave para redefinir su imagen internacional y generar un fuerte impulso económico a través del turismo y la inversión.
Para lograrlo, será fundamental coordinar esfuerzos a nivel local y nacional, y garantizar que el evento se viva con pasión, seguridad y una visión positiva de futuro.
