Un estudio reciente publicado por la Reserva Federal de San Francisco sugiere que la inflación en el mercado inmobiliario de Estados Unidos probablemente se moderará el próximo año, a medida que se reduzca la brecha entre la oferta y la demanda de viviendas. Esta reducción podría tener un efecto a la baja sobre la inflación general, según indica la última Carta Económica del banco regional de la Fed.
La alta inflación persistente en los precios de la vivienda ha jugado un papel significativo en las presiones inflacionarias generales en Estados Unidos en los últimos años, a pesar de los esfuerzos de la Fed por aumentar los costos de endeudamiento para controlar la inflación. Esto se debe a que, aunque el aumento en los costos de financiamiento disminuye la demanda de viviendas, también eleva los costos para los constructores, reduciendo así la oferta.
En los últimos meses, aunque la inflación en los precios de la vivienda ha disminuido, sigue siendo superior a los niveles previos a la pandemia de Covid-19 y continúa representando una parte importante de la inflación general. En julio, por ejemplo, la inflación en los precios de la vivienda aumentó un 5.0% en comparación con el año anterior, mientras que la inflación general del índice de precios al consumidor fue del 2.9%.
Investigaciones indican que los aumentos en los alquileres tienden a desacelerarse eventualmente en respuesta al alza en los costos de los préstamos, aunque este proceso puede llevar tiempo. Utilizando datos previos a la pandemia, los investigadores de la Fed de San Francisco estimaron que la inflación en los precios de la vivienda podría caer a alrededor del 2% para finales de este año, antes de regresar al promedio previo a la crisis sanitaria de 3.3% el próximo año.
“Esto contribuirá a una presión a la baja sobre la inflación general, aunque el alcance y la velocidad de este ajuste en los costos de vivienda son inciertos”, señalaron los investigadores.
