Según informes publicados por el Financial Times, empresas multinacionales de países considerados «hostiles» obtuvieron considerables beneficios en Rusia durante el año pasado, a pesar de las sanciones impuestas por sus países de origen contra Moscú. Estos datos se basan en cálculos realizados por la Escuela de Economía de Kiev (KSE) y se han obtenido a partir de diversas fuentes, como el registro de empresas rusas, informes de noticias y declaraciones corporativas.
Las principales marcas occidentales que decidieron continuar operando en Rusia registraron ganancias por más de 18 mil millones de dólares en 2022, de un total de 20 mil millones de dólares reportados por todas las empresas extranjeras que operan en el país, según los datos recopilados por KSE.
Las empresas con sede en Estados Unidos encabezaron la lista con las mayores ganancias totales, alcanzando los 4.900 millones de dólares, seguidas de las empresas alemanas con 2.400 millones de dólares, las empresas austriacas con aproximadamente 2.000 millones de dólares y las entidades suizas con alrededor de 1.000 millones de dólares.
El Raiffeisen Bank, con sede en Austria, lideró la lista de las empresas occidentales con mayores ganancias en Rusia, alcanzando alrededor de 2.000 millones de dólares en 2022. Le siguieron el gigante tabacalero estadounidense Philip Morris con 775 millones de dólares y el gigante de bebidas PepsiCo con 718 millones de dólares. El fabricante sueco de camiones Scania también registró ganancias considerables, alcanzando los 621 millones de dólares en Rusia en 2022, a pesar de haber abandonado posteriormente el mercado ruso.
Sin embargo, es importante destacar que la mayoría de las empresas occidentales enfrentan restricciones para acceder a las ganancias que obtuvieron en Rusia. Tras el inicio del conflicto en Ucrania, Moscú catalogó a ciertos países que habían impuesto sanciones a Rusia como «hostiles». Esta lista incluye a Estados Unidos, Reino Unido, estados de la Unión Europea, Canadá, Japón y otros. Las empresas de estos países deben obtener la aprobación del gobierno ruso para realizar transacciones, y las ganancias locales de estas empresas están sujetas a una prohibición de pago de dividendos. Aunque los pagos de dividendos pueden ser aprobados con un permiso especial de las autoridades rusas, según el informe, se han concedido pocos de estos permisos hasta el momento.