Los nuevos aranceles del 25% impuestos por el expresidente Donald Trump al acero y aluminio afectarán exportaciones mexicanas por más de 22,500 millones de dólares, lo que impactará especialmente a la industria automotriz y a al menos 11 estados de México, entre ellos Aguascalientes, Durango, Tamaulipas y San Luis Potosí.
Impacto en la industria automotriz
Inicialmente, la estimación de afectaciones era de 800 millones de dólares, pero la publicación del anexo de productos sujetos a los aranceles reveló que estos también incluyen partes de vehículos como carrocerías, motores de aluminio, pistones y aires acondicionados. Esto adelanta los aranceles al sector automotriz que Trump planeaba para abril, elevando drásticamente el impacto económico.
Además, muchas empresas estadounidenses dependen de autopartes mexicanas y canadienses, lo que podría generar efectos negativos también en la industria de EE.UU., especialmente en estados como Michigan y Wisconsin.
Posibles consecuencias económicas
Jesús Carrillo, director de Economía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), advirtió que si estos aranceles entran en vigor a partir del 4 de marzo, podrían provocar:
- Depreciación del peso mexicano, aumentando costos de importación.
- Mayor inflación en México, ya que muchos productos importados de EE.UU. contienen acero y aluminio.
- Frenos a la inversión y empleo, debido a la incertidumbre comercial.
Negociaciones y estrategias para contrarrestar los aranceles
Existen negociaciones en curso entre México, Canadá y EE.UU. para intentar reducir o eliminar estos aranceles. En el caso de México, la Secretaría de Economía, liderada por Marcelo Ebrard, está trabajando en estrategias junto con el Capitolio, industrias y cámaras empresariales estadounidenses.
Carrillo sugirió que México debería preparar medidas de represalia comercial para presionar a EE.UU. y minimizar el daño.
Los aranceles impuestos por Trump no solo afectan a México, sino también a la cadena de producción en EE.UU. y Canadá. La incertidumbre sobre su aplicación genera un clima desfavorable para la inversión y podría traer graves consecuencias económicas para ambos países. Ante este panorama, México busca alternativas diplomáticas y comerciales para mitigar el impacto.