Donald Trump impuso aranceles del 50% al acero y manufacturas mexicanas, pese al superávit de EE.UU. en el sector. Esto redujo 12% las exportaciones nacionales en un año, afectando cadenas integradas bajo el T-MEC que representan 80% del comercio bilateral en metales y desincentivando inversiones de 50 mil millones de dólares anuales.
La Steel Manufacturers Association (SMA) de EE.UU. pronostica duración limitada. Philip K. Bell advierte: “No pueden seguir así por siempre, o generarán daño irreparable”. Los aranceles fortalecen la industria local, pero prolongarlos elevaría costos manufactureros en Norteamérica y frenaría competitividad regional.
México y Latinoamérica enfrentan “doble amenaza”: aranceles trumpianos y sobrecapacidad china, que cubre 40% del mercado con acero barato. Canacero urge medidas antidumping contra China para proteger 200 mil empleos y 5% del PIB industrial. Alacero exige igualdad competitiva.
Expertos proponen alianza latinoamericana y renegociación T-MEC. Sin ajustes, los aranceles contraerían el crecimiento al 2.5% en 2026, elevarían inflación en metales y agravarían el déficit siderúrgico de 10 mil millones de dólares.



