A pocos días del Día de Acción de Gracias, México reveló su alta dependencia de importaciones para satisfacer el consumo de pavo, con el 89% proveniente del exterior en 2024, según datos del Consejo Mexicano de la Carne (ComeCarne). El volumen total escaló 6.9%, de 162.574 toneladas en 2023 a 173.786 toneladas el año pasado, con importaciones que saltaron de 144.000 a 155.000 toneladas. Principales proveedores: Estados Unidos, Brasil y Chile, reflejando la influencia cultural de la festividad estadounidense en hogares binacionales y zonas turísticas.
El noviembre concentra el 9% del consumo anual de pavo en el país, un pico estacional ligado a la celebración no oficial de Acción de Gracias, adoptada por familias con lazos en EE.UU. se estima que 750.000 personas nacidas allá residen en México. Esta demanda repentina presiona el mercado local, donde la producción nacional cubre apenas el 11% restante, limitada por ineficiencias en la avicultura y falta de incentivos.La producción interna se localiza en Yucatán (29.5%), Puebla (15.6%) y Estado de México (12.9%), pero no alcanza para la creciente afición por platillos como relleno negro o escabeche en el sureste.
ComeCarne advierte que esta brecha externa eleva precios y vulnera la soberanía alimentaria, en un contexto de inflación en carnes.Expertos urgen políticas para impulsar la cría nacional, como subsidios y tecnología, ante proyecciones de mayor consumo en 2025 por el auge turístico. Sin diversificación, México seguirá atado a proveedores foráneos, arriesgando volatilidades en el suministro festivo.
