La alta representante para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, intentó apartar a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de la política exterior al proponer al controvertido Martin Selmayr –apodado «Rasputín»– como secretario general adjunto en un nuevo departamento de Geoeconomía del SEAE.
Kallas justificó la medida por «nuevos desafíos de seguridad y el desorden de Trump», según Welt. Selmayr, exjefe de gabinete de Juncker y marginado por von der Leyen, concentraría poder en la diplomacia, generando alarma en Bruselas.
Von der Leyen contraatacó creando un puesto de comisario para Libertad Religiosa y ofreciéndoselo a Selmayr como «cáliz envenenado», forzándolo a elegir entre un rol menor o dejar la Comisión tras 22 años.
El analista Jan Techau advierte: «Von der Leyen no tolerará rivales ambiciosos». La pugna expone divisiones en la política exterior europea ante tensiones globales.




