La economía informal en México creció un 4% en 2023, alcanzando 1.8 billones de pesos y representando el 22.4% del PIB, según el INEGI. Este sector, que emplea al 55.7% de la fuerza laboral (31 millones de personas), se impulsó por el comercio ambulante (43%), servicios (27%) y manufactura (18%), beneficiándose de la recuperación postpandemia y las remesas, que superaron los 63 mil millones de dólares.
El aumento de la informalidad limita la recaudación fiscal, que en 2023 fue solo el 14.2% del PIB, una de las más bajas de la OCDE, y restringe el acceso a crédito y protección social para trabajadores, cuyo ingreso es 38% menor que en el sector formal. La inflación del 4.6% y las tensiones comerciales en el T-MEC agravan la precariedad, aunque el consumo interno sostiene el dinamismo informal.
El gobierno de Claudia Sheinbaum busca formalizar el sector con incentivos fiscales y digitalización de microempresas para el presupuesto 2026. Analistas sugieren que estas medidas podrían formalizar un 10% del sector en cinco años, impulsando la productividad y recaudación, pero advierten que sin políticas efectivas, la informalidad seguirá perpetuando la desigualdad.La economía informal, aunque clave para millones de hogares, representa un reto para la modernización económica de México, en un contexto de crecimiento proyectado del 2.1% para 2025