La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, confirmó que su gobierno mantiene un diálogo con Estados Unidos para evitar los efectos negativos de los aranceles del 25% que Donald Trump planea imponer a los automóviles fabricados fuera de su país. Esta medida representaría un fuerte golpe para la economía mexicana, ya que el país alberga plantas de importantes fabricantes como Ford, General Motors, Toyota y Volkswagen.
Sheinbaum enfatizó que su principal preocupación es proteger el empleo en México y que su administración busca fortalecer el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Según la mandataria, este acuerdo comercial es clave para que la región de Norteamérica siga siendo competitiva frente a otras economías, especialmente China.
La presidenta también señaló que su gobierno emitirá una respuesta integral después del 2 de abril, cuando se espera que Washington implemente los llamados «aranceles recíprocos». Esta política busca aplicar tarifas equivalentes a los países que imponen impuestos a las exportaciones estadounidenses.
Por su parte, el gobierno mexicano ha declarado que intentará negociar un «trato preferente» para minimizar el impacto económico de estos aranceles. Actualmente, México depende en gran medida de su comercio con EE.UU., ya que más del 80% de sus exportaciones tienen como destino ese país.