El Banco Central Europeo redujo este jueves los tipos de interés y dejó abierta la posibilidad de continuar con más ajustes en su política monetaria, ya que la preocupación por el bajo crecimiento económico ha superado a la preocupación por la inflación persistente. Esta reducción, que ya había sido anticipada por el mercado, recortó el tipo que el banco central paga por los depósitos del 3.0% al 2.75%. Fue la quinta vez que el BCE baja los tipos desde junio, y se espera que pueda haber dos o tres recortes adicionales durante este año, basados en la idea de que la fuerte subida de la inflación está casi superada y que la economía debilitada necesita un impulso.
Christine Lagarde, presidenta del BCE, afirmó en una rueda de prensa que confían en que la inflación alcanzará el objetivo del 2% de manera sostenible a lo largo de 2025. La decisión fue unánimemente respaldada por los responsables monetarios, y no generó cambios en el euro ni en los bonos.
En cuanto a las tensiones comerciales, Lagarde reconoció que un aumento de las fricciones comerciales podría afectar tanto las perspectivas de inflación como el crecimiento económico de la zona euro. Explicó que los riesgos para el crecimiento siguen siendo negativos, pues una mayor confrontación comercial podría frenar las exportaciones y debilitar aún más la economía mundial.
El crecimiento de la zona euro se estancó en el último trimestre de 2024 debido a la recesión industrial y la debilidad del consumo, lo que sugiere que el BCE continuará con su política expansiva, a pesar de que la Reserva Federal de EE. UU. decidió mantener sus tipos sin cambios y sugirió una pausa prolongada en los recortes.
Los analistas apuntan a que el BCE está relativamente cómodo con las condiciones actuales del mercado, aunque persisten dudas sobre el ritmo de la recuperación económica. Aunque la inflación alcanzó un 2.4% en diciembre, no se espera que vuelva al objetivo del 2% de inmediato. Además, el crecimiento salarial está desacelerándose, el mercado laboral se está enfriando y los precios del petróleo han disminuido desde los máximos de principios de año.
En cuanto a las políticas de Donald Trump, se espera que cualquier aumento de tensiones comerciales pueda aumentar la volatilidad, lo que podría afectar a las decisiones del BCE sobre los tipos de interés. Las amenazas de Trump de imponer aranceles comerciales siguen siendo un factor de incertidumbre, y cualquier respuesta de la Unión Europea podría generar un impacto inflacionario.
Por otro lado, Lagarde rechazó la posibilidad de que el bitcoin se incorpore a las reservas del BCE, defendiendo la postura de que las reservas deben ser líquidas, seguras y no estar expuestas a riesgos de blanqueo de dinero o actividades ilegales.