Durante el ciclo escolar 2024–2025, casi un millón de estudiantes abandonaron las aulas en México, de acuerdo con proyecciones del Observatorio de la Educación de la organización Educación con Rumbo. En total, se estima que 994,219 alumnos desertaron entre los niveles de educación básica y el inicio de la educación superior, lo que equivale al 3.3% de la matrícula nacional, compuesta por 29.4 millones de estudiantes según datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Este abandono escolar representa un incremento del 19.9% respecto al ciclo anterior, cuando se estimaron 828,618 deserciones.
Educación media superior, el mayor foco rojo
El mayor abandono se concentró en el nivel medio superior, con 651,762 estudiantes que no continuaron sus estudios. En secundaria, 275,904 alumnos dejaron la escuela, y 66,553 más lo hicieron en primaria.
Entidades más afectadas
Los cinco estados con mayor número de deserciones fueron:
- Estado de México: 120,265
- Chiapas: 71,895
- Jalisco: 69,494
- Nuevo León: 65,761
- Veracruz: 59,787
En contraste, los estados con menor deserción fueron:
- Baja California Sur: 3,211
- Colima: 4,748
- Campeche: 6,340
- Tlaxcala: 7,785
- Quintana Roo: 11,151
Yucatán fue la única entidad que registró un aumento neto en la matrícula, con 2,163 estudiantes más que en el ciclo anterior.
Desigualdades persistentes
El informe también reveló fuertes brechas regionales en cobertura educativa. Mientras la Ciudad de México reporta una cobertura en educación básica de 103.6%, estados como Campeche (70%), Colima (68.5%) y Veracruz (66.5%) están muy por debajo del promedio nacional de 76.9%.
Asimismo, solo 10 de cada 100 estudiantes en Chiapas que inician primaria llegan a completar la educación superior, en comparación con 46 de cada 100 en la Ciudad de México.
En el caso de la modalidad indígena, menos del 65% concluye la primaria, y el abandono escolar se acelera en secundaria, destacó el informe.
Falta de transformación estructural
Aunque la cifra de deserciones es ligeramente inferior al pico registrado durante la pandemia (más de 1.04 millones entre 2018 y 2021), Educación con Rumbo afirmó que el descenso no responde a políticas efectivas, sino a dinámicas inerciales que no atienden las causas estructurales de fondo.
“La deserción escolar no es inevitable. Es el reflejo de la falta de acción del Estado. Las estrategias actuales no están funcionando”, subrayó Paulina Amozurrutia, coordinadora nacional de Educación con Rumbo.
La organización llamó al gobierno federal a asumir su responsabilidad, y exigió una política educativa con voluntad, recursos sostenibles y enfoque en equidad, al advertir que la educación no puede seguir tratándose como un tema asistencial.
“Educar es un acto de justicia, no de asistencia. La acción debe ser inmediata, contundente y equitativa”, concluyó el Observatorio.