La reciente decisión del gobierno federal de destinar 9,500 millones de dólares al rescate financiero de Petróleos Mexicanos (Pemex) desató fuertes críticas por parte del Partido Acción Nacional (PAN), que acusó a la administración de Claudia Sheinbaum de replicar un modelo de rescate similar al del Fobaproa, comprometiendo, a su juicio, el futuro financiero del país.
Desde la Cámara de Diputados, el vicecoordinador económico del PAN, Héctor Saúl Téllez, calificó el plan como un “Pemexproa” que continúa inyectando recursos públicos a una empresa que —según sus palabras— está en una situación de “colapso técnico”.
“Este Pemexproa es un insulto a los mexicanos que enfrentan carencias en salud, seguridad y educación, mientras el gobierno prioriza un barril sin fondo”, expresó el legislador panista.
Téllez advirtió que, pese a estar disfrazado como un apoyo sin aumento directo de deuda pública, el esquema propuesto compromete implícitamente las finanzas nacionales, especialmente con vencimientos de 18,700 millones de dólares en 2026.
Además, citó los indicadores financieros más recientes de la empresa:
- Deuda total de 101,500 millones de dólares
- Pérdidas por 43,329 millones de pesos en el primer trimestre de 2025
- Producción petrolera de 1.36 millones de barriles diarios, una caída del 11.5% anual
- Adeudos con proveedores por casi 500,000 millones de pesos
Téllez subrayó que Pemex continúa perdiendo competitividad sin reformas estructurales de fondo y con una calificación crediticia de “ccc-” por parte de Fitch Ratings, lo que ubica a la paraestatal en un nivel de alto riesgo financiero.
“Este esquema no es más que un parche para postergar lo inevitable. El gobierno está hipotecando el futuro de México por una empresa que no produce resultados”, insistió.
El diputado también criticó que la administración actual repita los errores del gobierno anterior, que —según dijo— destinó 1.32 billones de pesos entre 2019 y 2023 sin lograr rescatar a la petrolera.
Desde el Ejecutivo federal se ha defendido el plan como una estrategia “financieramente trabajada” para sanear a Pemex sin generar presión adicional sobre la deuda pública. Sin embargo, en la oposición crecen las voces que exigen transparencia, resultados y una reconfiguración del modelo energético nacional.