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jueves, octubre 16, 2025

Consecuencias de la ausencia de un candidato en el tercer debate

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La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, en su artículo 218, establece que la autoridad electoral debe organizar al menos dos debates obligatorios.

Aunque legalmente no hay sanciones significativas para un candidato a la presidencia de la República que decida no acudir al tercer debate organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE), expertos ven la posibilidad de que una decisión de este tipo pueda tener repercusiones políticas para quien tome esta decisión.

Arturo Sánchez, exconsejero del INE y actual investigador y académico del Tecnológico de Monterrey, comentó que la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, en su artículo 218, establece que la autoridad electoral debe organizar al menos dos debates obligatorios, lo cual se ha cumplido. Sin embargo, el tercer debate, aunque acordado por los partidos y organizado por el INE, no conlleva una obligación legal de asistir para los candidatos.

“(Esto) no quiere decir que los candidatos necesariamente estén obligados a acudir, ese es un tema diferente y no veo que esté prevista una sanción a algún candidato que no vaya… sabemos que el candidato que va adelante en las encuestas, pues no le interesa exponerse en un debate, tiene más que perder que ganar pero es, políticamente, bastante incorrecto”, detalló.

Por su parte, Fernando Dworak, analista y consultor político, comentó que la ausencia de un candidato en un debate podría tener diversas repercusiones, dependiendo de varios factores, como su posición en las encuestas y la percepción pública de su imagen.

Si un candidato no asiste y se percibe como una táctica para evitar la confrontación o el debate, puede haber un costo político significativo,» advirtió.

Según su opinión, en el actual proceso, si Claudia Sheinbaum, candidata del oficialismo, o Xóchitl Gálvez, abandera de la coalición Fuerza y Corazón por México, decidieran no acudir al tercer evento, organizado por el INE, podría ser un arma de doble filo.

“Dependería de cómo lo comuniquen (en caso de no asistir). (Claudia) Sheinbaum podría argumentar que es una pérdida de tiempo debatir con una contendiente rezagada, mientras que Gálvez podría sufrir más por su necesidad de ganar visibilidad», analizó.

Mientras que, Eduardo Huchim, exconsejero del Instituto Electoral del DF (ahora IECM), comentó, desde su opinión que, “si alguna de las candidatas, como Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez, decidiera no asistir, el debate perdería interés y sentido”.

Además, detalló que, a pesar de que ambas aspirantes han experimentado ligeras bajas en su popularidad tras los dos primeros ejercicios, estos descensos son irrelevantes y caen dentro del margen de error. «El impacto real de los debates en las intenciones de voto es mínimo, y no altera significativamente las posiciones en las encuestas», explicó.

Por otro lado, consideró como excesiva la cantidad de ejercicios de este tipo pues indicó que “tres debates y la multiplicidad de temas y subtemas pueden diluir el impacto del mismo».

Abandono de AMLO en 2006

Hasta el momento, el único debate que no contó con la presencia de uno de los contendientes a la Presidencia de la República, fue el que se celebró el 2 de mayo de 2006, el primero de dos de aquel proceso electoral.

En aquella ocasión el ausente fue el candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, actual presidente de la República. Aunque el Instituto, que era presidido en aquel momento por Luis Carlos Ugalde, decidió realizarlo con la participación de Felipe Calderón Hinojosa, aspirante del PAN; Roberto Madrazo, de la Alianza por México; Patricia Mercado, del Partido Socialdemócrata, y Roberto Campa, abanderado por el partido Nueva Alianza.

Además, se dejó vacío el lugar que debía de ser ocupado por quién, a la postre, terminó en segundo lugar de las votaciones.

«En ese entonces, el INE organizó dos debates en acuerdo con los partidos, sin una obligatoriedad legal,» explicó Arturo Sánchez. «López Obrador no asistió al primero, pero participó en el segundo. No hubo sanciones porque no existía una norma al respecto».

Sin embargo, Fernando Dworak recordó que esta decisión generó presión y un costo político al tabasqueño, aunque no afectó gravemente su campaña. «La clave está en cómo se maneja la narrativa. Un candidato puede justificar su ausencia de manera que resuene positivamente con su base de apoyo,» explicó.

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La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, en su artículo 218, establece que la autoridad electoral debe organizar al menos dos debates obligatorios.

Aunque legalmente no hay sanciones significativas para un candidato a la presidencia de la República que decida no acudir al tercer debate organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE), expertos ven la posibilidad de que una decisión de este tipo pueda tener repercusiones políticas para quien tome esta decisión.

Arturo Sánchez, exconsejero del INE y actual investigador y académico del Tecnológico de Monterrey, comentó que la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, en su artículo 218, establece que la autoridad electoral debe organizar al menos dos debates obligatorios, lo cual se ha cumplido. Sin embargo, el tercer debate, aunque acordado por los partidos y organizado por el INE, no conlleva una obligación legal de asistir para los candidatos.

“(Esto) no quiere decir que los candidatos necesariamente estén obligados a acudir, ese es un tema diferente y no veo que esté prevista una sanción a algún candidato que no vaya… sabemos que el candidato que va adelante en las encuestas, pues no le interesa exponerse en un debate, tiene más que perder que ganar pero es, políticamente, bastante incorrecto”, detalló.

Por su parte, Fernando Dworak, analista y consultor político, comentó que la ausencia de un candidato en un debate podría tener diversas repercusiones, dependiendo de varios factores, como su posición en las encuestas y la percepción pública de su imagen.

Si un candidato no asiste y se percibe como una táctica para evitar la confrontación o el debate, puede haber un costo político significativo,» advirtió.

Según su opinión, en el actual proceso, si Claudia Sheinbaum, candidata del oficialismo, o Xóchitl Gálvez, abandera de la coalición Fuerza y Corazón por México, decidieran no acudir al tercer evento, organizado por el INE, podría ser un arma de doble filo.

“Dependería de cómo lo comuniquen (en caso de no asistir). (Claudia) Sheinbaum podría argumentar que es una pérdida de tiempo debatir con una contendiente rezagada, mientras que Gálvez podría sufrir más por su necesidad de ganar visibilidad», analizó.

Mientras que, Eduardo Huchim, exconsejero del Instituto Electoral del DF (ahora IECM), comentó, desde su opinión que, “si alguna de las candidatas, como Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez, decidiera no asistir, el debate perdería interés y sentido”.

Además, detalló que, a pesar de que ambas aspirantes han experimentado ligeras bajas en su popularidad tras los dos primeros ejercicios, estos descensos son irrelevantes y caen dentro del margen de error. «El impacto real de los debates en las intenciones de voto es mínimo, y no altera significativamente las posiciones en las encuestas», explicó.

Por otro lado, consideró como excesiva la cantidad de ejercicios de este tipo pues indicó que “tres debates y la multiplicidad de temas y subtemas pueden diluir el impacto del mismo».

Abandono de AMLO en 2006

Hasta el momento, el único debate que no contó con la presencia de uno de los contendientes a la Presidencia de la República, fue el que se celebró el 2 de mayo de 2006, el primero de dos de aquel proceso electoral.

En aquella ocasión el ausente fue el candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, actual presidente de la República. Aunque el Instituto, que era presidido en aquel momento por Luis Carlos Ugalde, decidió realizarlo con la participación de Felipe Calderón Hinojosa, aspirante del PAN; Roberto Madrazo, de la Alianza por México; Patricia Mercado, del Partido Socialdemócrata, y Roberto Campa, abanderado por el partido Nueva Alianza.

Además, se dejó vacío el lugar que debía de ser ocupado por quién, a la postre, terminó en segundo lugar de las votaciones.

«En ese entonces, el INE organizó dos debates en acuerdo con los partidos, sin una obligatoriedad legal,» explicó Arturo Sánchez. «López Obrador no asistió al primero, pero participó en el segundo. No hubo sanciones porque no existía una norma al respecto».

Sin embargo, Fernando Dworak recordó que esta decisión generó presión y un costo político al tabasqueño, aunque no afectó gravemente su campaña. «La clave está en cómo se maneja la narrativa. Un candidato puede justificar su ausencia de manera que resuene positivamente con su base de apoyo,» explicó.

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