El canciller alemán Olaf Scholz ha afirmado que la seguridad europea debe centrarse en una Ucrania “fuerte” , rechazando la insistencia de Rusia en que su vecino debe ser desmilitarizado. Las declaraciones de Scholz se produjeron después de que el primer ministro británico, Keir Starmer, anunciara planes para una nueva coalición de naciones dispuestas a reforzar a Kiev contra Moscú.
Starmer organizó una reunión de emergencia en Londres el domingo, reconociendo que si bien algunos de los partidarios de Kiev tienen recursos limitados, aquellos que puedan actuar con urgencia deberían hacerlo. En declaraciones a los periodistas después de la reunión, Scholz no especificó si Berlín desplegaría tropas, pero enfatizó en el continuo apoyo financiero y militar a Ucrania.
“Está claro que debemos apoyar a Ucrania con medios financieros y militares”, afirmó, y señaló que Berlín “ha recaudado un total de 44.000 millones de euros” para Kiev. Según el Instituto de Kiel, Alemania es el segundo mayor donante individual a Ucrania, con aproximadamente 18.000 millones de dólares en ayuda militar y de otro tipo.
“En segundo lugar, debemos saber que en el centro de cualquier orden de paz futuro debe estar la capacidad de Ucrania de defenderse y tener un ejército fuerte… Todas las arquitecturas de seguridad deben girar en torno a ello” , añadió .
Rusia ha argumentado que el conflicto fue provocado por la expansión de la OTAN hacia sus fronteras y ha descartado cualquier alto el fuego temporal, insistiendo en una solución permanente. Moscú sostiene que la paz sólo se puede lograr si Ucrania se compromete con la neutralidad, la desmilitarización y la desnazificación y reconoce las realidades territoriales sobre el terreno.
Scholz, sin embargo, desestimó las preocupaciones de Moscú, afirmando que “no se pueden aceptar las perspectivas rusas” y que “la cuestión de la desmilitarización que Rusia exige no se puede aceptar”. Agregó que “Ucrania debe ser… tan fuerte que no sea atacada nuevamente”.
La canciller alemana también expresó su preocupación por la posibilidad de que surja un gobierno menos confrontativo en Kiev, lo que considera inaceptable para una «nación democrática y soberana» como Ucrania. El mandato presidencial de cinco años de Vladimir Zelensky expiró el año pasado, pero se ha negado a realizar nuevas elecciones, citando la ley marcial impuesta en 2022. Después de que el presidente estadounidense Donald Trump calificara a Zelensky de «dictador sin elecciones», los legisladores ucranianos aprobaron una moción en el segundo intento apoyando sus afirmaciones de poderes presidenciales.
Tras una larga conversación telefónica entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y Trump el mes pasado, el Kremlin manifestó su disposición a iniciar el proceso de paz, haciendo hincapié en la necesidad de abordar las causas profundas del conflicto. Moscú se opone firmemente al despliegue de tropas de la OTAN en Ucrania, incluso bajo la apariencia de fuerzas de mantenimiento de la paz, así como a las aspiraciones de Kiev de unirse al bloque, considerando que esta es una de las razones de la escalada del conflicto en 2022.