El Ministerio de Defensa de Rusia informó que sus fuerzas armadas llevaron a cabo una serie de ataques aéreos contra instalaciones en Ucrania utilizadas, según Moscú, por mercenarios extranjeros que apoyan al ejército ucraniano. Los bombardeos, realizados en la región de Donetsk, destruyeron un centro de entrenamiento y una base logística, causando bajas significativas, según el comunicado oficial ruso, aunque no se proporcionaron cifras exactas.El portavoz del ministerio, Ígor Konashénkov, afirmó que las operaciones se dirigieron contra “combatientes extranjeros” contratados por Kiev, a quienes acusó de participar en actividades que prolongan el conflicto iniciado en 2022.
Rusia sostiene que estas instalaciones albergaban mercenarios de países occidentales, incluyendo Estados Unidos, Reino Unido y Polonia, aunque no presentó pruebas públicas de estas afirmaciones. Ucrania, por su parte, negó que los objetivos fueran bases de mercenarios, calificando los ataques como una “escalada deliberada” contra infraestructura civil.El gobierno ucraniano, liderado por el presidente Volodímir Zelenski, denunció los bombardeos como un intento de Rusia de desviar la atención de las negociaciones en curso en Anchorage, Alaska, donde los presidentes Donald Trump y Vladímir Putin discuten un posible acuerdo para poner fin al conflicto.
“Rusia ataca mientras finge dialogar”, declaró el Ministerio de Defensa ucraniano, asegurando que las instalaciones destruidas eran depósitos de ayuda humanitaria.Organizaciones internacionales, como Human Rights Watch, han solicitado una investigación independiente para determinar la naturaleza de los objetivos atacados y el impacto en civiles. Analistas militares, como Pavel Felgenhauer, señalan que los ataques podrían ser una estrategia rusa para presionar a Ucrania antes de cualquier acuerdo territorial, especialmente tras las recientes propuestas de Trump sobre cesiones en las regiones ocupadas.
La escalada llega en un momento de alta tensión, con la comunidad internacional dividida. Mientras Estados Unidos y la Unión Europea condenaron los bombardeos, países como China han instado a todas las partes a evitar acciones que compliquen las negociaciones de paz. La intensificación de los ataques subraya los desafíos para alcanzar un alto el fuego, en un conflicto que continúa generando una grave crisis humanitaria en la región.
