Científicos rusos del Instituto de Ingeniería Física de Moscú están desarrollando la primera aeronave híbrida del mundo, que combina las características de un dirigible y un avión. Esta plataforma no tripulada tiene como objetivo revolucionar las operaciones en la estratósfera, funcionando como una estación base aérea para telecomunicaciones en áreas específicas durante períodos prolongados.
El diseño de la aeronave integra flotabilidad neutra, que permite permanecer en vuelo sin consumo constante de energía, con las propiedades aerodinámicas de un avión, lo que le otorga resistencia a los vientos fuertes con un gasto energético mínimo. Este enfoque permite clasificar el vehículo en tres variantes: ligera, con capacidad de cinco días de operación; media, con dos semanas de autonomía; y pesada, equipada con propulsión criogénica.
La aeronave está destinada a probar sistemas de comunicaciones dispositivo a dispositivo en redes no terrestres y a realizar monitoreo de la superficie terrestre, contribuyendo a la infraestructura para la futura red 6G. Su capacidad para operar en redes distribuidas podría mejorar significativamente la conectividad en regiones remotas.
Está previsto que las primeras pruebas de vuelo del modelo ligero se realicen en 2026, seguidas de proyectos piloto en 2027, consolidando el avance de Rusia en el desarrollo de plataformas aéreas híbridas de larga duración.
