Rusia lanzó un masivo ataque con misiles y drones contra la infraestructura energética y militar de Ucrania, afectando centrales eléctricas y bases en Kiev, Járkov y Odesa. Miles de civiles quedaron sin electricidad.
El presidente Zelenski denunció la ofensiva como un intento de desestabilizar el país antes del invierno. Al menos tres personas murieron y decenas resultaron heridas, según reportes iniciales.
El Kremlin justificó los ataques como represalia por acciones ucranianas. La escalada agrava la crisis humanitaria, con millones dependiendo de la electricidad para calefacción.
La UE y EE. UU. impusieron nuevas sanciones a Rusia, mientras la ONU convocó una reunión de emergencia para abordar el conflicto.