El presidente ruso, Vladimir Putin, se reunió en el Kremlin con Steve Witkoff, enviado especial del presidente estadounidense Donald Trump, en un esfuerzo de última hora para evitar severos aranceles y avanzar hacia un acuerdo de paz en Ucrania. La reunión, reportada por la agencia TASS, se produce bajo la presión de un ultimátum de Washington, que amenaza con imponer sanciones económicas si Rusia no detiene los ataques contra civiles ucranianos antes del viernes.
El encuentro, acompañado por Kirill Dmitriev, jefe del fondo soberano ruso, se centró en la búsqueda de un alto al fuego en el conflicto que ha dejado más de 12,000 civiles muertos, según la ONU. Trump, frustrado por los bombardeos rusos en zonas como Kiev, ha intensificado su retórica, acusando a Putin de sabotear las negociaciones. En mayo y junio, las rondas de diálogo en Estambul lograron intercambios de prisioneros, pero no avances sustanciales hacia la paz.
La amenaza de aranceles del 100% a Rusia y sus socios comerciales, como China e India, por comprar petróleo ruso, busca asfixiar la economía de Moscú, dependiente de las exportaciones energéticas. Analistas occidentales señalan que Putin podría estar ganando tiempo para consolidar avances territoriales, mientras Ucrania resiste con apoyo militar de EE.UU. y Europa, incluyendo nuevos envíos de misiles Patriot financiados por aliados como Alemania.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, insiste en un alto al fuego sin ceder territorios como Crimea o Donetsk, demandas que Putin considera innegociables. En tanto, el Kremlin, a través de su portavoz Dmitry Peskov, calificó la visita de Witkoff como “sustantiva y útil”, aunque no confirmó avances concretos.
La presión diplomática de Trump, que incluye el reposicionamiento de submarinos nucleares estadounidenses, subraya el riesgo de una escalada en las tensiones entre Washington y Moscú. Mientras, el expresidente ruso Dmitry Medvedev advirtió que el conflicto podría derivar en un enfrentamiento directo entre ambas potencias. La comunidad internacional observa con cautela, temiendo que las sanciones propuestas afecten los mercados energéticos globales y compliquen aún más las cadenas de suministro. La próxima semana será decisiva para determinar si las negociaciones logran frenar una guerra que ha desestabilizado la región desde 2022.