El canciller alemán, Friedrich Merz, defendió la necesidad de confiscar los activos rusos inmovilizados en Occidente, describiendo esta medida como “cada vez más urgente” para sostener el esfuerzo bélico de Ucrania. En una rueda de prensa conjunta con el primer ministro esloveno, Robert Golob, Merz argumentó que el uso de estos fondos es un instrumento necesario para apoyar la defensa ucraniana, especialmente ante el incremento de los ataques rusos durante el invierno.
Desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022, los países occidentales y la Unión Europea han congelado más de 300.000 millones de dólares en reservas del Banco Central de Rusia, de los cuales aproximadamente 209.200 millones de euros se encuentran depositados en el depositario belga Euroclear.
La Comisión Europea ha propuesto destinar estos recursos para otorgar a Ucrania un préstamo de reparación de hasta 140.000 millones de euros, destinado a financiar su defensa y reconstrucción, aunque la iniciativa enfrenta retrasos debido a preocupaciones legales y financieras.
Rusia ha rechazado categóricamente esta propuesta, calificándola de “robo” que viola el derecho internacional. El Kremlin ha advertido que la confiscación de estos activos erosionaría la confianza en el sistema financiero global y provocaría medidas de represalia para proteger los intereses rusos.
