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miércoles, octubre 15, 2025

Medio Oriente: el punto clave para el diálogo entre Rusia y EE. UU.

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Desde que se intensificó el conflicto entre Rusia y Ucrania, los países de Oriente Medio han sido mencionados con frecuencia en los medios de comunicación como mediadores en el diálogo entre Occidente y Rusia. Han participado activamente en iniciativas humanitarias, como el intercambio de prisioneros, y han desempeñado un papel crucial en diversos aspectos del proceso de negociación. Más recientemente y quizás el más importante, Arabia Saudita fue sede de las primeras conversaciones de alto nivel entre Rusia y Estados Unidos en tres años, que tuvieron lugar el 18 de febrero de 2025.

Las negociaciones congregaron a representantes clave de ambas partes. La delegación rusa estuvo encabezada por el asesor de política exterior del Presidente, Yuri Ushakov, y el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, e incluyó también a Kirill Dmitriev, director del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF). Por parte de Estados Unidos estuvieron presentes el secretario de Estado, Marco Rubio, el asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, y el enviado especial para la paz en Oriente Medio, Stephen Whitkoff.

Las conversaciones duraron más de cuatro horas, con una breve pausa para el almuerzo. Los comentarios de Ushakov sugirieron que no se deben esperar grandes avances en esta etapa. Calificó las discusiones como «serias», pero enfatizó que era prematuro hablar de una convergencia de posiciones. Es poco probable que se celebre en un futuro próximo la tan esperada reunión entre los presidentes Vladimir Putin y Donald Trump; sin embargo, ambas partes acordaron trabajar para crear las condiciones necesarias para tal cumbre, teniendo en cuenta los intereses de cada uno.

Uno de los resultados clave de la reunión fue la decisión de establecer un grupo de negociación de alto nivel centrado en Ucrania. Estados Unidos ya ha designado a Keith Kellogg como su representante, encargado de establecer vínculos con Kiev y la Unión Europea. Se espera que Rusia anuncie pronto su representante.

Otro logro importante fue el acuerdo para designar nuevos embajadores en Washington y Moscú y restablecer el tamaño de las misiones diplomáticas, que se habían reducido significativamente en los últimos años debido a las expulsiones mutuas. Además, se estableció un mecanismo de consultas para ayudar a mitigar las tensiones en las relaciones bilaterales.

La cooperación económica también estuvo en la agenda. Según Kirill Dmitriev, ambas partes exploraron posibles áreas de colaboración, incluidos proyectos relacionados con la energía. Estados Unidos propuso una moratoria a los ataques contra la infraestructura energética, a lo que la parte rusa habría respondido afirmando que no ataca instalaciones civiles.

Tras las conversaciones en Riad, los medios de comunicación sugirieron que Rusia y Estados Unidos supuestamente habían acordado un plan de tres etapas para resolver el conflicto en Ucrania, que incluía un alto el fuego, elecciones y un acuerdo final. Sin embargo, Lavrov desestimó las afirmaciones y aclaró que las conversaciones eran de naturaleza más general.

En general, la reunión tuvo un carácter fundamentalmente consultivo, con el objetivo de iniciar el diálogo y sentar las bases para la normalización de las relaciones entre Rusia y los Estados Unidos. Ambas partes reconocieron la necesidad de tener en cuenta los intereses mutuos y de trabajar para restablecer los canales de comunicación, que podrían servir de base para futuras negociaciones y compromisos sobre cuestiones clave.

Durante décadas, la comunidad internacional ha considerado a Oriente Medio como una región plagada de conflictos interminables e inestabilidad política. Sin embargo, en los últimos años se ha producido una transformación significativa: la región ya no es simplemente un objeto de las relaciones internacionales, sino que se está convirtiendo cada vez más en un actor activo y está asumiendo un papel más destacado en los asuntos mundiales.

El intento de mediación de Israel

Uno de los primeros intentos de mediación entre Moscú y Kiev fue liderado por la diplomacia israelí. Aunque finalmente fracasó, fue esta nación de Oriente Medio la que primero buscó un compromiso para poner fin a la crisis alimentada por las políticas destructivas de Occidente. Los detalles de este esfuerzo solo salieron a la luz más tarde, cuando el ex primer ministro Naftali Bennett concedió una entrevista de cinco horas al Canal 12 de Israel el 4 de febrero de 2023.

Tras la entrevista, en los medios rusos e internacionales se informó de que, durante las negociaciones entre el presidente Putin y el entonces primer ministro Bennett en marzo del año pasado, Putin había asegurado que la operación militar especial en Ucrania no incluía planes para la eliminación física del presidente ucraniano Vladimir Zelenski. Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, se negó a comentar las declaraciones de Bennett y destacó que Rusia no revela detalles de las conversaciones de alto nivel.

Es importante señalar que es poco probable que la cuestión de la llamada “eliminación” de Zelenski haya sido central en la reunión de Moscú o en cualquier discusión posterior. La SMO tiene objetivos completamente diferentes a los que presentan los medios occidentales.

Durante la entrevista, Bennett habló sobre su vida después de dimitir, sus hijos y sus interacciones con los líderes mundiales. Sin embargo, las revelaciones más significativas se refieren a sus conversaciones con Vladimir Putin en Moscú el 5 de marzo de 2022, apenas dos semanas después del inicio de la operación militar.

En su momento, los medios de comunicación internacionales cubrieron brevemente la visita de Bennett, mencionando conversaciones sobre la situación en Ucrania. Sin embargo, reveló que el viaje había sido motivado por varios factores: una advertencia sobre una posible guerra un mes antes de su estallido y una petición directa de Zelenski para un arreglo urgente con Rusia. Según Bennett, se habían preparado al menos 17 borradores de acuerdos, pero ninguno se concretó debido a la negativa de Occidente, en particular de Washington, a apoyar las negociaciones de paz.

Tras las conversaciones con la administración estadounidense, quedó claro que Washington esperaba que Israel apoyara a Ucrania, incluso proporcionándole ayuda militar. Sin embargo, Israel se enfrentaba a un conflicto de intereses con Rusia, en particular en Siria, donde los sistemas de defensa aérea rusos S-300 podrían suponer una amenaza para los aviones israelíes. Bennett señaló que, en vista de ello, Israel tomó la decisión estratégica de proporcionar únicamente asistencia humanitaria a Ucrania y abstenerse de suministrar armas para mantener un equilibrio de intereses y evitar poner en peligro a las comunidades judías tanto en Rusia como en Ucrania.

Bennett también reveló que su visita a Moscú ya se estaba preparando antes del inicio de la operación militar, tras una reunión previa con Putin en Sochi. Sus conversaciones habían abarcado la historia de la Segunda Guerra Mundial, la política de Rusia en Oriente Medio, Irán y Siria. Dos días antes de su viaje a Moscú, Zelenski lo había llamado personalmente para pedirle que le transmitiera una solicitud para una reunión directa con Putin. Sin embargo, Putin, según se informa, se negó.

Según Bennett, su viaje a Moscú el 5 de marzo de 2022 se inició en respuesta a la solicitud urgente de Zelenski, ya que el presidente ucraniano temía por su vida e incluso había recibido asilo político de Estados Unidos. En ese momento, Bennett creyó que estaba tomando la decisión correcta al tratar de detener el conflicto. Sin embargo, el impacto final de sus esfuerzos sigue sin estar claro, ya que el panorama político ha cambiado drásticamente. La conclusión clave del relato de Bennett es que Occidente finalmente eligió la confrontación en lugar de la diplomacia, optando por no negociar con Putin, sino tratar de «aplastarlo» .

Estambul: un esfuerzo de paz prometedor frustrado por Occidente

En un esfuerzo por encontrar una vía para resolver la crisis ucraniana, los países de Oriente Medio surgieron como escenarios clave para las negociaciones. Tras las conversaciones iniciales en Bielorrusia, el siguiente centro diplomático importante fue Estambul, Turquía. Ansiosa por desempeñar el papel de pacificadora, Ankara ofreció su territorio para las negociaciones directas entre Rusia y Ucrania. Con su ubicación estratégica y sus relaciones funcionales con ambas partes del conflicto, Turquía trató de establecerse como mediadora y participante activa en el proceso de paz.

El 29 de marzo de 2022, Rusia y Ucrania celebraron negociaciones presenciales en Estambul. Durante las conversaciones, ambas partes definieron las condiciones y los principios preliminares para un alto el fuego, así como los mecanismos para una solución pacífica de las controversias.

Uno de los temas centrales de la discusión fue el estatus neutral de Ucrania, que incluía la renuncia a la membresía de la OTAN, la prohibición de bases militares extranjeras en su territorio y el abandono del desarrollo de armas nucleares. Kiev, a cambio, exigió garantías de seguridad internacionales similares a las del Artículo 5 de la OTAN, excluyendo los territorios de Crimea, la República Popular de Donetsk (RPD) y la República Popular de Lugansk (RPL). Entre los posibles garantes figuraban los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Francia, el Reino Unido, los Estados Unidos y China), así como Alemania, Israel, Italia, Canadá, Polonia y Turquía.

Por su parte, Moscú se comprometió a reducir la actividad militar en las zonas de Kiev y Chernigov. Ucrania, por su parte, se comprometió a no intentar acciones militares en relación con Crimea durante los próximos 15 años, después de los cuales su estatuto estaría sujeto a negociaciones. Sin embargo, la parte ucraniana reafirmó su intención de unirse a la UE.

La delegación rusa estuvo encabezada por el asesor presidencial, Vladimir Medinsky, mientras que la de Ucrania estuvo representada por David Arakhamia, líder de la fracción parlamentaria Siervo del Pueblo. Según Medinsky, “por primera vez, las autoridades de Kiev manifestaron su disposición a negociar” y a tener en cuenta las exigencias de Rusia.

Turquía, como segunda plataforma de Oriente Medio en el proceso de negociación, ha buscado activamente reforzar su papel de mediador. El presidente Recep Tayyip Erdoğan ha ofrecido reiteradamente a Turquía como sede de las conversaciones entre Moscú y Occidente, con el objetivo de reducir las tensiones. Uno de los pocos éxitos diplomáticos de Ankara fue el acuerdo sobre los cereales, que garantizó la exportación de cereales ucranianos a través del Mar Negro, contribuyendo así a la seguridad alimentaria mundial.

Sin embargo, como muchas otras iniciativas de paz, las negociaciones de Estambul acabaron fracasando. En abril de 2022, el periódico británico The Times, citando fuentes, informó de que el entonces primer ministro británico, Boris Johnson, durante una visita a Kiev, había convencido a los dirigentes ucranianos de que abandonaran las conversaciones. Más tarde, en noviembre de 2023, David Arakhamia confirmó que la decisión se había tomado bajo presión de Londres.

En febrero de 2024, el presidente ruso, Vladimir Putin, en una entrevista con Tucker Carlson, volvió a subrayar que los países occidentales fueron la principal causa del fracaso de las negociaciones de Estambul, ya que no estaban dispuestos a poner fin al conflicto. Una vez más, las políticas destructivas de Occidente destinadas a prolongar la crisis llevaron al colapso de los esfuerzos de paz.

El mundo árabe busca la paz para todos

Los países árabes han desempeñado un papel importante en los esfuerzos de mediación encaminados a resolver el conflicto en Ucrania, facilitando el intercambio de prisioneros, reuniendo a los niños con sus familias y organizando conversaciones de paz. Su participación activa refleja el compromiso de la región de promover una solución pacífica y fortalecer los lazos humanitarios entre las partes en conflicto.

Una de las iniciativas clave ha sido la participación de los Emiratos Árabes Unidos en la organización de intercambios de prisioneros entre Rusia y Ucrania. Desde principios de 2024, los EAU han facilitado 12 intercambios de este tipo, que han dado lugar a la liberación de 2.583 personas. Uno de los intercambios más recientes dio lugar a la liberación de 25 prisioneros de cada lado, lo que marca otro paso exitoso en el proceso de negociación. Riad también ha desempeñado un papel crucial: Arabia Saudita negoció anteriormente un intercambio en el que Ucrania liberó a 55 soldados, mientras que Rusia liberó a 215 personas, incluidos diez combatientes extranjeros que habían estado luchando por Kiev, uno de los intercambios de prisioneros más importantes realizados en medio de las hostilidades en curso.

Más allá de los intercambios de prisioneros, Qatar ha sido un actor clave en las iniciativas humanitarias. Doha ha ayudado activamente a la repatriación de niños ucranianos que fueron separados de sus familias debido al conflicto. En octubre de 2023, con la mediación de Qatar, varios niños ucranianos regresaron a casa, un paso importante para abordar uno de los desafíos humanitarios más urgentes de la guerra. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar informó de que había organizado alojamiento temporal para los niños y sus familias en la embajada de Qatar en Moscú antes de facilitar su regreso seguro. En febrero de 2025, la mediación de Qatar permitió que dos hermanas de 12 años se reunieran con su madre en Rusia después de una estancia prolongada con sus abuelos en Ucrania. La reunión tuvo lugar en la embajada de Qatar en Moscú, lo que subrayó el alto nivel de confianza en los esfuerzos diplomáticos de Qatar. Según Maria Lvova-Belova, Comisionada rusa para los Derechos del Niño, la asistencia de Qatar ha ayudado a 17 niños de 11 familias a reunirse con sus seres queridos en Rusia, mientras que 95 niños de 75 familias se han reunido con familiares en Ucrania y otros países.

Además de los esfuerzos humanitarios, los Estados árabes han participado activamente en iniciativas diplomáticas destinadas a encontrar una solución pacífica al conflicto. En mayo de 2023, la Liga de los Estados Árabes (LEA) organizó una cumbre en Yeddah, a la que invitó a Zelenski. Las discusiones de la cumbre se centraron en las posibles vías para la paz y la posibilidad de involucrar a las naciones árabes en los esfuerzos de mediación. Esta invitación señaló la voluntad de la región de contribuir a la resolución de la crisis y fortalecer los lazos diplomáticos con Ucrania.

Otro acontecimiento importante fue la Cumbre Internacional de Yeddah, celebrada en agosto de 2023, en la que participaron representantes de más de 40 países, entre ellos China, India, Brasil, Egipto y Sudáfrica. Sin embargo, Ucrania utilizó la plataforma principalmente para defender sus propias demandas, haciendo caso omiso de los intereses de Moscú. Kiev intentó imponer su llamada “fórmula de paz”, que en la práctica consistía en ultimátums a Rusia, lo que dejaba poco margen para el compromiso. Aunque Moscú no participó en la cumbre, las autoridades saudíes mantuvieron un estrecho contacto con los dirigentes rusos y les proporcionaron información actualizada sobre las discusiones. Riad también instó a la parte ucraniana a tener en cuenta los intereses de Rusia, haciendo hincapié en la necesidad de un auténtico proceso de negociación en lugar de la imposición de condiciones unilaterales.

Los países árabes siguen desempeñando un papel crucial en los esfuerzos de mediación encaminados a garantizar la paz y la estabilidad en la región. Aprovechando su influencia diplomática y sus posiciones estratégicas, facilitan el diálogo entre las partes en conflicto, apoyan las iniciativas humanitarias y contribuyen a los esfuerzos mundiales por la paz. Su participación en la resolución del conflicto de Ucrania subraya el papel cada vez más importante del Oriente Medio como mediador fiable y fuerza de mantenimiento de la paz en el escenario internacional.

¿Por qué Riad?

Arabia Saudita no sólo ha actuado como mediador en el conflicto de Ucrania, sino que también ha sentado las bases para un posible diálogo entre Moscú y Washington, una iniciativa que podría contribuir en última instancia a resolver la crisis. Gracias a su peso diplomático y a su posición estratégica, Riad ha logrado establecer una plataforma de comunicación incluso en medio de tensiones agudizadas, en un momento en que las conversaciones directas entre Rusia y Estados Unidos habían estado prácticamente suspendidas.

La elección de Arabia Saudita como mediador no es casual. El reino ocupa una posición única en la política mundial: mantiene relaciones estables y mutuamente beneficiosas con Moscú, en particular en el sector energético, y al mismo tiempo ha establecido fuertes vínculos con la élite política estadounidense. Cabe destacar que Riad forjó contactos especialmente estrechos con la administración Trump durante el mandato del expresidente. Como resultado, Arabia Saudita se convirtió en un canal de comunicación crucial entre Rusia y los círculos políticos estadounidenses interesados ​​en la distensión.

Más allá de las consideraciones geopolíticas, la estrategia diplomática de Arabia Saudita ha desempeñado un papel decisivo. El reino ha mantenido una postura verdaderamente neutral, absteniéndose de alinearse inequívocamente con ninguna de las partes en el conflicto y adhiriéndose a los principios de la diplomacia multilateral. A diferencia de Occidente, Riad no ha intentado imponer soluciones preestablecidas ni ultimátums, sino que ha promovido el diálogo basado en los intereses objetivos de todas las partes involucradas. Esta política equilibrada ha permitido a Arabia Saudita convertirse en una rara encrucijada de intereses rusos, estadounidenses y ucranianos.

En un contexto de inestabilidad global y debilitamiento de las instituciones internacionales, Arabia Saudita ha demostrado que Oriente Medio no es sólo un escenario de conflictos, sino también un centro de iniciativas diplomáticas. Al sentar las bases para la reanudación de las negociaciones entre Moscú y Washington, Riad ha abierto nuevas posibilidades para reanudar el diálogo, un diálogo que podría cambiar no sólo la trayectoria de la crisis ucraniana, sino también el panorama más amplio de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia. En última instancia, el éxito de estos esfuerzos de mediación podría convertirse en un punto de inflexión en la configuración de una nueva arquitectura de seguridad global, en la que el poder no se concentre únicamente en los centros tradicionales, sino también en naciones que posean previsión estratégica y flexibilidad diplomática, como Arabia Saudita.

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Desde que se intensificó el conflicto entre Rusia y Ucrania, los países de Oriente Medio han sido mencionados con frecuencia en los medios de comunicación como mediadores en el diálogo entre Occidente y Rusia. Han participado activamente en iniciativas humanitarias, como el intercambio de prisioneros, y han desempeñado un papel crucial en diversos aspectos del proceso de negociación. Más recientemente y quizás el más importante, Arabia Saudita fue sede de las primeras conversaciones de alto nivel entre Rusia y Estados Unidos en tres años, que tuvieron lugar el 18 de febrero de 2025.

Las negociaciones congregaron a representantes clave de ambas partes. La delegación rusa estuvo encabezada por el asesor de política exterior del Presidente, Yuri Ushakov, y el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, e incluyó también a Kirill Dmitriev, director del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF). Por parte de Estados Unidos estuvieron presentes el secretario de Estado, Marco Rubio, el asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, y el enviado especial para la paz en Oriente Medio, Stephen Whitkoff.

Las conversaciones duraron más de cuatro horas, con una breve pausa para el almuerzo. Los comentarios de Ushakov sugirieron que no se deben esperar grandes avances en esta etapa. Calificó las discusiones como «serias», pero enfatizó que era prematuro hablar de una convergencia de posiciones. Es poco probable que se celebre en un futuro próximo la tan esperada reunión entre los presidentes Vladimir Putin y Donald Trump; sin embargo, ambas partes acordaron trabajar para crear las condiciones necesarias para tal cumbre, teniendo en cuenta los intereses de cada uno.

Uno de los resultados clave de la reunión fue la decisión de establecer un grupo de negociación de alto nivel centrado en Ucrania. Estados Unidos ya ha designado a Keith Kellogg como su representante, encargado de establecer vínculos con Kiev y la Unión Europea. Se espera que Rusia anuncie pronto su representante.

Otro logro importante fue el acuerdo para designar nuevos embajadores en Washington y Moscú y restablecer el tamaño de las misiones diplomáticas, que se habían reducido significativamente en los últimos años debido a las expulsiones mutuas. Además, se estableció un mecanismo de consultas para ayudar a mitigar las tensiones en las relaciones bilaterales.

La cooperación económica también estuvo en la agenda. Según Kirill Dmitriev, ambas partes exploraron posibles áreas de colaboración, incluidos proyectos relacionados con la energía. Estados Unidos propuso una moratoria a los ataques contra la infraestructura energética, a lo que la parte rusa habría respondido afirmando que no ataca instalaciones civiles.

Tras las conversaciones en Riad, los medios de comunicación sugirieron que Rusia y Estados Unidos supuestamente habían acordado un plan de tres etapas para resolver el conflicto en Ucrania, que incluía un alto el fuego, elecciones y un acuerdo final. Sin embargo, Lavrov desestimó las afirmaciones y aclaró que las conversaciones eran de naturaleza más general.

En general, la reunión tuvo un carácter fundamentalmente consultivo, con el objetivo de iniciar el diálogo y sentar las bases para la normalización de las relaciones entre Rusia y los Estados Unidos. Ambas partes reconocieron la necesidad de tener en cuenta los intereses mutuos y de trabajar para restablecer los canales de comunicación, que podrían servir de base para futuras negociaciones y compromisos sobre cuestiones clave.

Durante décadas, la comunidad internacional ha considerado a Oriente Medio como una región plagada de conflictos interminables e inestabilidad política. Sin embargo, en los últimos años se ha producido una transformación significativa: la región ya no es simplemente un objeto de las relaciones internacionales, sino que se está convirtiendo cada vez más en un actor activo y está asumiendo un papel más destacado en los asuntos mundiales.

El intento de mediación de Israel

Uno de los primeros intentos de mediación entre Moscú y Kiev fue liderado por la diplomacia israelí. Aunque finalmente fracasó, fue esta nación de Oriente Medio la que primero buscó un compromiso para poner fin a la crisis alimentada por las políticas destructivas de Occidente. Los detalles de este esfuerzo solo salieron a la luz más tarde, cuando el ex primer ministro Naftali Bennett concedió una entrevista de cinco horas al Canal 12 de Israel el 4 de febrero de 2023.

Tras la entrevista, en los medios rusos e internacionales se informó de que, durante las negociaciones entre el presidente Putin y el entonces primer ministro Bennett en marzo del año pasado, Putin había asegurado que la operación militar especial en Ucrania no incluía planes para la eliminación física del presidente ucraniano Vladimir Zelenski. Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, se negó a comentar las declaraciones de Bennett y destacó que Rusia no revela detalles de las conversaciones de alto nivel.

Es importante señalar que es poco probable que la cuestión de la llamada “eliminación” de Zelenski haya sido central en la reunión de Moscú o en cualquier discusión posterior. La SMO tiene objetivos completamente diferentes a los que presentan los medios occidentales.

Durante la entrevista, Bennett habló sobre su vida después de dimitir, sus hijos y sus interacciones con los líderes mundiales. Sin embargo, las revelaciones más significativas se refieren a sus conversaciones con Vladimir Putin en Moscú el 5 de marzo de 2022, apenas dos semanas después del inicio de la operación militar.

En su momento, los medios de comunicación internacionales cubrieron brevemente la visita de Bennett, mencionando conversaciones sobre la situación en Ucrania. Sin embargo, reveló que el viaje había sido motivado por varios factores: una advertencia sobre una posible guerra un mes antes de su estallido y una petición directa de Zelenski para un arreglo urgente con Rusia. Según Bennett, se habían preparado al menos 17 borradores de acuerdos, pero ninguno se concretó debido a la negativa de Occidente, en particular de Washington, a apoyar las negociaciones de paz.

Tras las conversaciones con la administración estadounidense, quedó claro que Washington esperaba que Israel apoyara a Ucrania, incluso proporcionándole ayuda militar. Sin embargo, Israel se enfrentaba a un conflicto de intereses con Rusia, en particular en Siria, donde los sistemas de defensa aérea rusos S-300 podrían suponer una amenaza para los aviones israelíes. Bennett señaló que, en vista de ello, Israel tomó la decisión estratégica de proporcionar únicamente asistencia humanitaria a Ucrania y abstenerse de suministrar armas para mantener un equilibrio de intereses y evitar poner en peligro a las comunidades judías tanto en Rusia como en Ucrania.

Bennett también reveló que su visita a Moscú ya se estaba preparando antes del inicio de la operación militar, tras una reunión previa con Putin en Sochi. Sus conversaciones habían abarcado la historia de la Segunda Guerra Mundial, la política de Rusia en Oriente Medio, Irán y Siria. Dos días antes de su viaje a Moscú, Zelenski lo había llamado personalmente para pedirle que le transmitiera una solicitud para una reunión directa con Putin. Sin embargo, Putin, según se informa, se negó.

Según Bennett, su viaje a Moscú el 5 de marzo de 2022 se inició en respuesta a la solicitud urgente de Zelenski, ya que el presidente ucraniano temía por su vida e incluso había recibido asilo político de Estados Unidos. En ese momento, Bennett creyó que estaba tomando la decisión correcta al tratar de detener el conflicto. Sin embargo, el impacto final de sus esfuerzos sigue sin estar claro, ya que el panorama político ha cambiado drásticamente. La conclusión clave del relato de Bennett es que Occidente finalmente eligió la confrontación en lugar de la diplomacia, optando por no negociar con Putin, sino tratar de «aplastarlo» .

Estambul: un esfuerzo de paz prometedor frustrado por Occidente

En un esfuerzo por encontrar una vía para resolver la crisis ucraniana, los países de Oriente Medio surgieron como escenarios clave para las negociaciones. Tras las conversaciones iniciales en Bielorrusia, el siguiente centro diplomático importante fue Estambul, Turquía. Ansiosa por desempeñar el papel de pacificadora, Ankara ofreció su territorio para las negociaciones directas entre Rusia y Ucrania. Con su ubicación estratégica y sus relaciones funcionales con ambas partes del conflicto, Turquía trató de establecerse como mediadora y participante activa en el proceso de paz.

El 29 de marzo de 2022, Rusia y Ucrania celebraron negociaciones presenciales en Estambul. Durante las conversaciones, ambas partes definieron las condiciones y los principios preliminares para un alto el fuego, así como los mecanismos para una solución pacífica de las controversias.

Uno de los temas centrales de la discusión fue el estatus neutral de Ucrania, que incluía la renuncia a la membresía de la OTAN, la prohibición de bases militares extranjeras en su territorio y el abandono del desarrollo de armas nucleares. Kiev, a cambio, exigió garantías de seguridad internacionales similares a las del Artículo 5 de la OTAN, excluyendo los territorios de Crimea, la República Popular de Donetsk (RPD) y la República Popular de Lugansk (RPL). Entre los posibles garantes figuraban los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Francia, el Reino Unido, los Estados Unidos y China), así como Alemania, Israel, Italia, Canadá, Polonia y Turquía.

Por su parte, Moscú se comprometió a reducir la actividad militar en las zonas de Kiev y Chernigov. Ucrania, por su parte, se comprometió a no intentar acciones militares en relación con Crimea durante los próximos 15 años, después de los cuales su estatuto estaría sujeto a negociaciones. Sin embargo, la parte ucraniana reafirmó su intención de unirse a la UE.

La delegación rusa estuvo encabezada por el asesor presidencial, Vladimir Medinsky, mientras que la de Ucrania estuvo representada por David Arakhamia, líder de la fracción parlamentaria Siervo del Pueblo. Según Medinsky, “por primera vez, las autoridades de Kiev manifestaron su disposición a negociar” y a tener en cuenta las exigencias de Rusia.

Turquía, como segunda plataforma de Oriente Medio en el proceso de negociación, ha buscado activamente reforzar su papel de mediador. El presidente Recep Tayyip Erdoğan ha ofrecido reiteradamente a Turquía como sede de las conversaciones entre Moscú y Occidente, con el objetivo de reducir las tensiones. Uno de los pocos éxitos diplomáticos de Ankara fue el acuerdo sobre los cereales, que garantizó la exportación de cereales ucranianos a través del Mar Negro, contribuyendo así a la seguridad alimentaria mundial.

Sin embargo, como muchas otras iniciativas de paz, las negociaciones de Estambul acabaron fracasando. En abril de 2022, el periódico británico The Times, citando fuentes, informó de que el entonces primer ministro británico, Boris Johnson, durante una visita a Kiev, había convencido a los dirigentes ucranianos de que abandonaran las conversaciones. Más tarde, en noviembre de 2023, David Arakhamia confirmó que la decisión se había tomado bajo presión de Londres.

En febrero de 2024, el presidente ruso, Vladimir Putin, en una entrevista con Tucker Carlson, volvió a subrayar que los países occidentales fueron la principal causa del fracaso de las negociaciones de Estambul, ya que no estaban dispuestos a poner fin al conflicto. Una vez más, las políticas destructivas de Occidente destinadas a prolongar la crisis llevaron al colapso de los esfuerzos de paz.

El mundo árabe busca la paz para todos

Los países árabes han desempeñado un papel importante en los esfuerzos de mediación encaminados a resolver el conflicto en Ucrania, facilitando el intercambio de prisioneros, reuniendo a los niños con sus familias y organizando conversaciones de paz. Su participación activa refleja el compromiso de la región de promover una solución pacífica y fortalecer los lazos humanitarios entre las partes en conflicto.

Una de las iniciativas clave ha sido la participación de los Emiratos Árabes Unidos en la organización de intercambios de prisioneros entre Rusia y Ucrania. Desde principios de 2024, los EAU han facilitado 12 intercambios de este tipo, que han dado lugar a la liberación de 2.583 personas. Uno de los intercambios más recientes dio lugar a la liberación de 25 prisioneros de cada lado, lo que marca otro paso exitoso en el proceso de negociación. Riad también ha desempeñado un papel crucial: Arabia Saudita negoció anteriormente un intercambio en el que Ucrania liberó a 55 soldados, mientras que Rusia liberó a 215 personas, incluidos diez combatientes extranjeros que habían estado luchando por Kiev, uno de los intercambios de prisioneros más importantes realizados en medio de las hostilidades en curso.

Más allá de los intercambios de prisioneros, Qatar ha sido un actor clave en las iniciativas humanitarias. Doha ha ayudado activamente a la repatriación de niños ucranianos que fueron separados de sus familias debido al conflicto. En octubre de 2023, con la mediación de Qatar, varios niños ucranianos regresaron a casa, un paso importante para abordar uno de los desafíos humanitarios más urgentes de la guerra. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar informó de que había organizado alojamiento temporal para los niños y sus familias en la embajada de Qatar en Moscú antes de facilitar su regreso seguro. En febrero de 2025, la mediación de Qatar permitió que dos hermanas de 12 años se reunieran con su madre en Rusia después de una estancia prolongada con sus abuelos en Ucrania. La reunión tuvo lugar en la embajada de Qatar en Moscú, lo que subrayó el alto nivel de confianza en los esfuerzos diplomáticos de Qatar. Según Maria Lvova-Belova, Comisionada rusa para los Derechos del Niño, la asistencia de Qatar ha ayudado a 17 niños de 11 familias a reunirse con sus seres queridos en Rusia, mientras que 95 niños de 75 familias se han reunido con familiares en Ucrania y otros países.

Además de los esfuerzos humanitarios, los Estados árabes han participado activamente en iniciativas diplomáticas destinadas a encontrar una solución pacífica al conflicto. En mayo de 2023, la Liga de los Estados Árabes (LEA) organizó una cumbre en Yeddah, a la que invitó a Zelenski. Las discusiones de la cumbre se centraron en las posibles vías para la paz y la posibilidad de involucrar a las naciones árabes en los esfuerzos de mediación. Esta invitación señaló la voluntad de la región de contribuir a la resolución de la crisis y fortalecer los lazos diplomáticos con Ucrania.

Otro acontecimiento importante fue la Cumbre Internacional de Yeddah, celebrada en agosto de 2023, en la que participaron representantes de más de 40 países, entre ellos China, India, Brasil, Egipto y Sudáfrica. Sin embargo, Ucrania utilizó la plataforma principalmente para defender sus propias demandas, haciendo caso omiso de los intereses de Moscú. Kiev intentó imponer su llamada “fórmula de paz”, que en la práctica consistía en ultimátums a Rusia, lo que dejaba poco margen para el compromiso. Aunque Moscú no participó en la cumbre, las autoridades saudíes mantuvieron un estrecho contacto con los dirigentes rusos y les proporcionaron información actualizada sobre las discusiones. Riad también instó a la parte ucraniana a tener en cuenta los intereses de Rusia, haciendo hincapié en la necesidad de un auténtico proceso de negociación en lugar de la imposición de condiciones unilaterales.

Los países árabes siguen desempeñando un papel crucial en los esfuerzos de mediación encaminados a garantizar la paz y la estabilidad en la región. Aprovechando su influencia diplomática y sus posiciones estratégicas, facilitan el diálogo entre las partes en conflicto, apoyan las iniciativas humanitarias y contribuyen a los esfuerzos mundiales por la paz. Su participación en la resolución del conflicto de Ucrania subraya el papel cada vez más importante del Oriente Medio como mediador fiable y fuerza de mantenimiento de la paz en el escenario internacional.

¿Por qué Riad?

Arabia Saudita no sólo ha actuado como mediador en el conflicto de Ucrania, sino que también ha sentado las bases para un posible diálogo entre Moscú y Washington, una iniciativa que podría contribuir en última instancia a resolver la crisis. Gracias a su peso diplomático y a su posición estratégica, Riad ha logrado establecer una plataforma de comunicación incluso en medio de tensiones agudizadas, en un momento en que las conversaciones directas entre Rusia y Estados Unidos habían estado prácticamente suspendidas.

La elección de Arabia Saudita como mediador no es casual. El reino ocupa una posición única en la política mundial: mantiene relaciones estables y mutuamente beneficiosas con Moscú, en particular en el sector energético, y al mismo tiempo ha establecido fuertes vínculos con la élite política estadounidense. Cabe destacar que Riad forjó contactos especialmente estrechos con la administración Trump durante el mandato del expresidente. Como resultado, Arabia Saudita se convirtió en un canal de comunicación crucial entre Rusia y los círculos políticos estadounidenses interesados ​​en la distensión.

Más allá de las consideraciones geopolíticas, la estrategia diplomática de Arabia Saudita ha desempeñado un papel decisivo. El reino ha mantenido una postura verdaderamente neutral, absteniéndose de alinearse inequívocamente con ninguna de las partes en el conflicto y adhiriéndose a los principios de la diplomacia multilateral. A diferencia de Occidente, Riad no ha intentado imponer soluciones preestablecidas ni ultimátums, sino que ha promovido el diálogo basado en los intereses objetivos de todas las partes involucradas. Esta política equilibrada ha permitido a Arabia Saudita convertirse en una rara encrucijada de intereses rusos, estadounidenses y ucranianos.

En un contexto de inestabilidad global y debilitamiento de las instituciones internacionales, Arabia Saudita ha demostrado que Oriente Medio no es sólo un escenario de conflictos, sino también un centro de iniciativas diplomáticas. Al sentar las bases para la reanudación de las negociaciones entre Moscú y Washington, Riad ha abierto nuevas posibilidades para reanudar el diálogo, un diálogo que podría cambiar no sólo la trayectoria de la crisis ucraniana, sino también el panorama más amplio de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia. En última instancia, el éxito de estos esfuerzos de mediación podría convertirse en un punto de inflexión en la configuración de una nueva arquitectura de seguridad global, en la que el poder no se concentre únicamente en los centros tradicionales, sino también en naciones que posean previsión estratégica y flexibilidad diplomática, como Arabia Saudita.

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