El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, durante su intervención en la 80.ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, afirmó que este debería ser una oportunidad de celebración en ese foro internacional pero «los ideales que inspiraron a sus fundadores se ven amenazados como nunca antes en su historia».
«El multilateralismo está ante una nueva encrucijada. La autoridad de esta organización está en jaque», expresó el mandatario brasileño, quien realizó la primera intervención de la jornada.
Da Silva afirmó que el mundo observa la «consolidación de un desorden internacional», marcado por «la política del poder, atentados a la soberanía, sanciones arbitrarias e intervenciones unilaterales».
De igual forma, estableció una relación entre el debilitamiento del multilateralismo y la crisis de la democracia, que se ve fortalecida cuando la «sociedad falla en defender la paz, la soberanía y el derecho».
El mensaje de Brasil a los «autócratas»
«Bajo un ataque sin precedentes, Brasil optó por resistir y defender su democracia», aseveró y agregó que «no existe justificación alguna para la imposición de medidas unilaterales y arbitrarias», al referirse a los aranceles establecidos por el presidente de EE.UU., Donald Trump, al país suramericano.
Da Silva tachó de «inaceptable» y de «interferencia en asuntos nacionales» la presión contra el sistema de Justicia de su país, con referencia a las reacciones de los sectores de la derecha tras la sentencia al expresidente Jair Bolsonaro, «por haber atacado el sistema de derecho democrático».
«Ante los ojos del mundo, Brasil envió un mensaje a los autócratas: ‘Nuestra democracia y soberanía no se regatean'», manifestó.