El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, ha clasificado a ocho organizaciones criminales latinoamericanas como “organizaciones terroristas extranjeras”, una medida que intensifica la presión contra cárteles y pandillas que, según Washington, representan una amenaza para su seguridad nacional. La designación, publicada en el Registro Federal, incluye a seis cárteles mexicanos —Cártel de Sinaloa, Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cártel del Golfo, Cártel del Noreste, Cárteles Unidos y Nueva Familia Michoacana—, además de la Mara Salvatrucha (MS-13) y el Tren de Aragua, de origen venezolano.
La decisión, que entró en vigor este viernes, prohíbe cualquier apoyo material a estos grupos y facilita la deportación de sus presuntos miembros. Según el Departamento de Estado, estas organizaciones, involucradas en tráfico de drogas, contrabando de migrantes, extorsión y trata de personas, justifican la etiqueta de “terroristas” debido a sus operaciones transnacionales y actos violentos para expandir su influencia. El Cártel de Sinaloa, fundado por Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada, y el CJNG, liderado por Nemesio Oseguera “El Mencho”, destacan por su rol en el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos.
Esta designación, tradicionalmente reservada para grupos con fines políticos como Al Qaeda, ha generado controversia. Críticos advierten que la medida es excesivamente amplia y podría dañar las relaciones con países latinoamericanos, especialmente México, al complicar el comercio y las operaciones financieras. Empresas y bancos temen sanciones por transacciones inadvertidas relacionadas con estos grupos. Además, organizaciones de ayuda señalan que designaciones similares en el pasado han afectado importaciones de alimentos en la región.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reiteró que su gobierno no aceptará acciones extraterritoriales y abogó por la cooperación bilateral para combatir el crimen organizado. “Catalogar a estos grupos como terroristas no ayuda si no hay coordinación”, afirmó. Durante el primer mandato de Trump (2017-2021), la idea de designar a los cárteles como terroristas fue descartada por preocupaciones sobre el impacto en las relaciones bilaterales y la posibilidad de que migrantes solicitaran asilo alegando persecución por terrorismo.