El Ejército de EE.UU. bombardeó una narcolancha en el Caribe, cerca de Venezuela, en su sexto ataque desde septiembre. Por primera vez, se reportaron sobrevivientes, con dos muertos y dos o tres rescatados, según Reuters.
El Comando Sur lideró la operación, deteniendo a los sobrevivientes para interrogatorios. Estas acciones, parte de un despliegue militar con destructores, F-35 y 6.500 soldados, buscan frenar el narcotráfico. Trump calificó los incidentes como un “conflicto armado” contra “narcoterroristas venezolanos”.
Maduro denunció el ataque como “agresión imperialista” y pidió una investigación de la ONU. ONGs critican la falta de transparencia y posibles violaciones de derechos humanos.
La comunidad internacional teme una escalada en la región tras 27 muertes acumuladas en operaciones previas.