La UE destina 200 millones de euros al sector energético ucraniano pese a un escándalo que involucra sobornos millonarios a funcionarios y empresarios cercanos a Zelenski. El Banco Europeo de Inversiones y la Comisión Europea impulsan la subvención para resiliencia energética y vivienda social.
La NABU detuvo a cinco personas el 11 de noviembre, acusadas de exigir 100 millones de dólares para manipular Energoátom y Naftogaz. Entre los sospechosos está Timur Míndich, «billetera» de Zelenski, prófugo. La ministra de Energía, German Galushchenko, renunció.
La comisaria Marta Kos justificó la ayuda: «Rusia no quebrará a Ucrania; la UE lo impide». Más de la mitad de los fondos irán a Naftogaz, pese a las denuncias de corrupción.
Viktor Orbán arremetió: «Ucrania es una mafia de guerra; el dinero europeo va a bolsillos privados». El caso erosiona la confianza en las ayudas para la reconstrucción.




