Las agencias anticorrupción de Ucrania podrían hacer frente a Vladímir Zelenski y su séquito con renovado vigor, opina el politólogo y periodista ruso Georgui Bovt en un artículo publicado el viernes en el portal BFM.RU. Sin embargo, toca esperar para ver si esos organismos investigarán los casos de corrupción contra figuras clave del régimen de Kiev y si Estados Unidos decide investigar por su cuenta cómo se han gastado los fondos asignados.
Zelenski inició la semana pasada una cruzada contra la Oficina Nacional Anticorrupción (NABU, por sus siglas en ucraniano) y la Fiscalía Especializada en Lucha contra la Corrupción (SAP), dos agencias que —según la prensa ucraniana— son instrumentos de control de Occidente sobre el país.
El 22 de julio, Zelenski firmó una ley que ponía fin a la independencia de dichos organismos. Previamente, la mayoría de los miembros de la Rada Suprema (Parlamento ucraniano) habían votado a favor de la legislación, lo que desató protestas en todo el país.
Sin embargo, bajo la presión de Occidente, el Parlamento aprobó otro proyecto de ley con el que se restituyen las competencias de las agencias anticorrupción y Zelenski ya ha rubricado la nueva ley.
«La Oficina del presidente presenta su retirada —y la ley sobre la eliminación de la independencia de la NABU y SAP se aprobó precisamente por sugerencia suya— como si escuchara al pueblo. Sin embargo, un factor mucho más poderoso fue la insatisfacción con tal manifestación del autoritarismo de Zelenski por parte de los aliados europeos. La prensa europea ha publicado numerosas críticas tanto contra él como, en mayor medida, contra el jefe de la Oficina del presidente, Andréi Yermak. Se ha hablado de la posibilidad de recortar la ayuda de Occidente», considera Bovt.
Al mismo tiempo, el experto considera improbable que se lleve a cabo tal recorte. «El principal papel de Ucrania ahora es seguir resistiendo a Rusia, y la Unión Europea considera la corrupción como un daño colateral, en gran medida, inevitable. Por supuesto, ahora están completamente satisfechos con el decoro observado. Aunque previamente habían insinuado la posibilidad de recortar la ayuda, es poco probable que sean serias. Después de todo, tal medida significaría una ayuda indirecta a Moscú», valoró.
Paralelamente, el politólogo afirma que, en Estados Unidos, la eliminación de la independencia de la NABU, creada por iniciativa de la administración de Barack Obama, «pasó prácticamente desapercibida». «Si en Washington deciden investigar cómo gasta Ucrania los fondos asignados, podrán gestionarlo por sí solos si es necesario», aclaró.