Un estudio del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore indica que Estados Unidos necesitaría de tres a cinco años para reactivar pruebas nucleares subterráneas, suspendidas desde 1992.
La infraestructura en Nevada está inactiva, requiriendo reconstrucción de pozos, sistemas de diagnóstico y protocolos de seguridad, con un costo de miles de millones de dólares y aprobación congressional.
La última prueba fue el 23 de septiembre de 1992. EEUU firmó pero no ratificó el Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares.
El tema gana relevancia por tensiones con Rusia y China, que mantienen capacidades. Expertos alertan que reanudar ensayos debilitaría la no proliferación sin ventajas estratégicas inmediatas.




