El secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, anunció junto al presidente Trump una ofensiva militar contra embarcaciones narcotraficantes: “Apenas hemos empezado a hundir barcos y arrojar narcoterroristas al fondo del océano”. Afirmó que 20 millones de estadounidenses son “envenenados” por drogas de cárteles y criticó a la administración Biden por actuar “con guantes de seda”.
Las operaciones, activas desde septiembre, incluyen bombardeos selectivos por la Marina estadounidense en aguas internacionales del Caribe y el Pacífico oriental.
Venezuela condenó las acciones como “ejecuciones extrajudiciales ilegales”. El presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, advirtió que podrían constituir crímenes de guerra y exigió investigación internacional.
La escalada agrava las tensiones entre Washington y Caracas, generando alarma en la región por posibles violaciones al derecho internacional y al uso de la fuerza en alta mar.




