El Departamento de Defensa de Estados Unidos confirmó que en julio comenzará la producción en serie de la bomba nuclear B61-13, una ojiva 24 veces más potente que la lanzada en Hiroshima en 1945. Con un rendimiento de 360 kilotones, el arma modernizada sustituirá a las B61-7 y será compatible con aviones estratégicos como el B-21 Raider.
La Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA) planea completar el proyecto para 2027, sin aumentar el arsenal nuclear total del país. “La B61-13 refuerza nuestra capacidad de disuasión frente a un entorno de seguridad cambiante”, afirmó John Plumb, subsecretario de Defensa. La bomba incorpora sistemas de guiado avanzados y mayor precisión, según expertos.
Organizaciones como la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN) han criticado la iniciativa, alertando sobre una nueva carrera armamentística. La medida se da en un contexto de tensiones con Rusia y China, quienes también modernizan sus arsenales. El Pentágono insiste en que la producción busca mantener la seguridad nacional sin escalar conflictos.