Por primera vez, el servicio de inteligencia militar danés (DDIS) ha colocado a Estados Unidos en su informe anual de riesgos como una potencia que utiliza su dominio económico y tecnológico contra aliados, incluido Dinamarca.
El documento advierte que Washington, junto a Rusia y China, actúa bajo una “ley de la selva”, priorizando el poder bruto sobre las normas internacionales. El jefe del DDIS, Thomas Ahrenkiel, señaló que esta conducta aumenta el peligro de ataques híbridos rusos contra la Alianza Atlántica.
La decisión tiene raíces en la era Trump: la exigencia de comprar Groenlandia en 2019 y las críticas públicas que calificaron a Europa de continente en “decadencia” por migración y erosión democrática. La actual Estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU. refuerza esa visión apocalíptica del Viejo Continente.
Analistas consideran que Dinamarca envía así una señal de alarma: la confianza en el liderazgo estadounidense dentro de la OTAN está en su punto más bajo, obligando a Europa a replantear su estrategia de defensa en un mundo cada vez más impredecible.
